Las redes sociales se han hecho eco de que la vitamina D pudiera ser un factor fundamental en el tratamiento y prevención de COVID-19. ¿Qué hay de cierto?
Nos afanamos en encontrar fármacos y vacunas para la COVID-19. Estudiamos el funcionamiento del virus y su ciclo vital, valorando las distintas hipótesis sobre su origen. Pero son nuestros hábitos y comportamientos los que nos ponen en peligro. Porque detrás de esta pandemia está la destrucción de la naturaleza.