Cuando oigas hablar del espectro electromagnético, no pienses en una presencia fantasmagórica. Se llama así al conjunto de todos los tipos de luz y otras radiaciones electromagnéticas que existen.

Cuando hablamos de radiación electromagnética pensamos en la radio, las microondas o las antenas de telefonía móvil, pero a menudo olvidamos que la luz visible también es una radiación electromagnética, aunque representa una parte muy pequeña del espectro.

El abanico del espectro electromagnético es infinito, pero se puede dividir en grandes grupos, cada uno de ellos con peculiaridades, cuyos nombres seguramente te sonarán: radio, microondas, infrarrojo, visible, ultravioleta, rayos X y rayos gamma. Lo que diferencia a unas ondas de otras es su frecuencia, que es el número de pulsos que una señal repite por segundo, y que viene a ser como la huella dactilar que identifica a una onda.

Dentro de la luz visible, los colores que podemos ver no son más que variaciones en la frecuencia de las ondas. El color rojo es el que tiene una frecuencia menor, y el violeta la frecuencia visible más alta. Justo debajo está la radiación infrarroja, que ya es invisible, y por encima la ultravioleta, de la que habrás oído hablar por su relación con sus efectos en la piel.

Lo que diferencia a unas ondas de otras es su frecuencia, que es el número de pulsos que una señal repite por segundo

Además de la frecuencia, las ondas también se caracterizan por su longitud de onda, que es la distancia entre dos pulsos de la misma amplitud y es inversamente proporcional a la frecuencia: cuanto mayor sea la frecuencia, más pequeña será la longitud de onda, y viceversa.

espectro electromagnético

Fuente: Wikimedia Commons

Todos los cuerpos emiten radiación electromagnética al calentarse. La frecuencia de esta radiación depende de la temperatura a la que se encuentren: cuanto mayor sea la energía emitida, mayor será frecuencia. Es el motivo por el que el hierro incandescente empieza a brillar con una luz roja, que poco a poco se hace blanca a medida que aumenta la temperatura, ya que se suman otras frecuencias de mayor energía.

La frecuencia de la radiación electromagnética nos indica también la composición del objeto que la emite, ya que hay frecuencias asociadas a elementos atómicos. De este modo podemos saber por su radiación si una estrella a  millones de años luz tiene mayor cantidad de hidrógeno o de helio en su composición, por ejemplo.

Fuente:Divulga.es