En un giro inesperado, investigadores redescubren que lo que se creía una planta fósil es en realidad una tortuga bebé fosilizada, apodada «Turtwig»
Desde los años 50 hasta los 70, un sacerdote colombiano, Padre Gustavo Huertas, coleccionó rocas y fósiles cerca de Villa de Leyva, clasificando erróneamente dos especímenes como plantas fósiles debido a su apariencia. Sin embargo, un estudio reciente en la revista «Palaeontologia Electronica» reveló que estos fósiles no eran plantas, sino los restos fosilizados de tortugas bebés. Héctor Palma-Castro, estudiante de paleobotánica en la Universidad Nacional de Colombia, expresó su sorpresa ante este hallazgo.
Los fósiles, originalmente descritos en 2003 como Sphenophyllum colombianum, datan del Cretácico Temprano, hace entre 132 y 113 millones de años. Fabiany Herrera, del Field Museum en Chicago, y su estudiante Palma-Castro, al examinar más detenidamente los fósiles, notaron características inusuales que no correspondían a las de una planta.
Al analizar en detalle, Herrera sospechó que las líneas en los fósiles podrían ser hueso, no venas de planta. Contactó a Edwin-Alberto Cadena, paleontólogo especializado en tortugas en la Universidad del Rosario en Bogotá, quien confirmó que los fósiles parecían ser el caparazón, específicamente de una tortuga recién nacida.
La investigación adicional mostró que los fósiles no tenían las marcas típicas en el exterior del caparazón de una tortuga. Cadena y su estudiante, Diego Cómbita-Romero, determinaron que los fósiles representaban la parte interna del caparazón de una tortuga joven, probablemente en una etapa post-eclosión, entre 0 y 1 años de edad.
Este descubrimiento es significativo debido a la rareza de hallar tortugas bebé fosilizadas. Cadena señaló que estos ejemplares podrían ser parientes de otras especies de tortugas del Cretácico, que alcanzaban hasta quince pies de longitud.
El estudio también subraya la importancia de reexaminar colecciones históricas en Colombia, destacando la necesidad de una investigación más profunda en la paleobotánica del Cretácico Temprano, especialmente en plantas con flores y gimnospermas. El proyecto fue respaldado por la National Geographic Society y el Negaunee Integrative Research Center del Field Museum.
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