Según una reciente investigación, los crustáceos más cautelosos se desempeñan mejor en la batalla por la comida.
Un grupo de científicos británicos realizó un estudio sobre los langostinos de roca. Entre los resultados más significativos de dicho análisis encontraron que algunos de ellos eran notablemente tímidos, mientras que otros eran más audaces.
Pero (como ocurre en otros ámbitos de la vida) esta valentía puede tener un coste, ya que los crustáceos que más se arriesgan consiguen peores resultados cuando compiten por la comida.
“Cuando los más tímidos encontraron comida y posibles rivales estaban cerca, se quedaron y se alimentaron durante más tiempo que los langostinos más atrevidas. De esta forma, demostramos que los más tímidos eran mejores controlando la fuente de alimento”, asegura Daniel Maskrey (Universidad de Liverpool), el primer autor del estudio.
«Las razones de esto aún no están claras, pero es posible que los langostinos más atrevidos tengan una mayor necesidad de seguir adelante y continuar explorando. Hemos visto langostinos peleando por comida, y puede ser que algunos usen una estrategia de exploración audaz porque prefieren buscar nueva comida a competir con rivales más fuertes”, afirma Maskrey.
La audacia se puso a prueba introduciendo repetidamente langostinos en un tanque desconocido y viendo cuánto exploraban y se aventuraban en el medio.
El Dr. Tom Houslay, de la Universidad de Exeter, dijo que el estudio podría ayudar a los científicos a entender por qué los miembros de una especie (e incluso los camarones de una misma pileta) tienen diferentes personalidades.
«Algunos individuos tienen más éxito en monopolizar los alimentos, mientras que otros están más dispuestos a participar en exploraciones potencialmente arriesgadas. En diferentes condiciones y situaciones, cualquiera de estas estrategias puede valer la pena, lo que podría explicar por qué la evolución no ha llevado a un único tipo de personalidad. Las pozas donde viven estos crustáceos cambian con cada marea alta y tener tal variación entre los langostinos podría ser crucial a la hora de adaptarse a estos y otros cambios”, asegura Houslay.
El estudio, Who dares doesn’t always win: risk-averse rockpool prawns are better at controlling a limited resource, se publicó recientemente en la revista Animal Behaviour.
Fuente: The Telegraph
Belén Robles González
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