Los árboles son aliados contra el calor urbano, pero un mal uso puede atraparlo y empeorar las noches calurosas
Los árboles enfrían las ciudades al bloquear radiación solar, liberar agua y modificar el flujo de aire. Pero, en ciertas condiciones, sus copas atrapan calor nocturno.
Un estudio liderado por la Universidad de Cambridge, publicado en Communications Earth & Environment, revela que los árboles no siempre son el remedio universal para combatir el calor urbano. Si bien su capacidad para enfriar durante el día es significativa, también pueden contribuir al aumento de las temperaturas nocturnas al atrapar el calor en ciertos contextos urbanos. Esto plantea un desafío para los urbanistas que buscan mitigar el estrés térmico urbano de manera efectiva.
Las ciudades están experimentando un aumento constante de temperaturas debido al cambio climático, lo que exacerba problemas de salud, demanda energética y desigualdad social. Si bien la plantación de árboles ha sido una estrategia clave, los investigadores advierten que una selección y disposición inadecuadas pueden limitar sus beneficios.
El estudio analizó 182 investigaciones realizadas entre 2010 y 2023 en 110 ciudades de 17 climas diferentes. Este análisis global concluyó que los árboles pueden reducir las temperaturas diurnas hasta en 12 °C, como ocurrió en Nigeria. Sin embargo, también se encontró que en ciertas condiciones climáticas, como los climas tropicales húmedos, los árboles pueden incrementar las temperaturas nocturnas hasta en 0,8 °C. Este efecto se debe a la resistencia aerodinámica de las copas y al cierre estomático, un proceso natural de las hojas durante la noche.
En climas secos y cálidos, los árboles mostraron su mejor desempeño, enfriando las ciudades por más de 9 °C y aumentando el calor nocturno en solo 0,4 °C. En climas templados, el enfriamiento alcanzó hasta 6 °C, pero el aumento nocturno fue más significativo, de hasta 1,5 °C. Los climas húmedos mostraron los beneficios más limitados debido a la alta humedad que reduce la capacidad de enfriamiento diurno.
Una observación clave del estudio es que los diseños urbanos más abiertos, con una mezcla de árboles de hoja caduca y perenne, ofrecen mayor enfriamiento. Esto se debe a que las especies mixtas pueden equilibrar la sombra estacional y la luz solar, enfriando diferentes alturas del entorno urbano. Por el contrario, en ciudades compactas y cálidas como Dubái, las especies perennes son más efectivas. Además, los espacios verdes más amplios permiten copas más grandes y una mayor variedad de especies, mejorando la refrigeración en climas secos.
El estudio también señala que una densidad excesiva de copas en zonas compactas puede atrapar calor al nivel de los peatones. En estos casos, recomiendan especies estrechas y plantaciones dispersas para maximizar la ventilación.
Aunque los árboles son una herramienta valiosa, los investigadores enfatizan que no deben ser la única solución. Materiales reflectantes y sombreados solares seguirán siendo cruciales para enfriar ciudades. Han desarrollado una base de datos interactiva para ayudar a los urbanistas a estimar la eficacia de sus estrategias basadas en datos de ciudades con climas y estructuras urbanas similares.
Como concluye la Dra. Ronita Bardhan, autora principal del estudio, “necesitamos plantar árboles estratégicamente, considerando climas futuros y especies resilientes, para garantizar beneficios de enfriamiento sostenibles”.
REFERENCIA
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