Un nuevo estudio ha identificado una relación causal entre la depresión y la dismenorrea utilizando el análisis genético, identificando al insomnio como posible mediador
Las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de sufrir depresión y a menudo experimentan síntomas físicos más graves. Esta diferencia de género es particularmente evidente durante los años reproductivos e impacta dramáticamente en la vida de cientos de millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, aunque se han encontrado vínculos entre la salud mental y la salud reproductiva, las asociaciones han permanecido poco exploradas.
En un nuevo estudio publicado en Briefings in Bioinformatics, investigadores de China y el Reino Unido han descubierto que la depresión puede aumentar las probabilidades de que una persona experimente dolor menstrual (dismenorrea).
Shuhe Liu, autora principal del estudio y estudiante de doctorado en la Universidad Xi’an Jiaotong-Liverpool (XJTLU) (China), afirma: «Hemos utilizado una técnica especializada llamada aleatorización mendeliana para analizar la variación genética e identificar genes específicos que puedan mediar en el efecto de la depresión sobre el dolor menstrual».
«Nuestros hallazgos aportan pruebas preliminares de que la depresión puede ser una causa, más que una consecuencia, de la dismenorrea, ya que no encontramos pruebas de que el dolor menstrual aumentara el riesgo de depresión».
El equipo analizó aproximadamente 600.000 casos de poblaciones europeas y 8.000 de poblaciones de Asia oriental y observó un fuerte vínculo en ambos conjuntos de datos. También investigaron la posibilidad de que el insomnio, que suelen padecer quienes sufren depresión, fuera un mediador significativo entre la depresión y la dismenorrea.
«Descubrimos que el aumento de las alteraciones del sueño podía exacerbar el dolor menstrual. Por tanto, abordar los problemas del sueño puede ser crucial para tratar ambas afecciones. Sin embargo, es necesario seguir investigando para comprender los intrincados vínculos entre estos factores», afirma Liu.
Este estudio subraya además la necesidad de un enfoque holístico a la hora de tratar la salud mental y los problemas reproductivos.
Liu afirma: «Los trastornos mentales no suelen tenerse en cuenta a la hora de tratar afecciones como el dolor menstrual. Nuestros hallazgos subrayan la importancia de realizar pruebas de salud mental a las personas que sufren fuertes dolores menstruales. Esperamos que esto pueda conducir a opciones de tratamiento más personalizadas y a una mejor atención sanitaria, así como a reducir el estigma que rodea a estas afecciones».
«Nuestros resultados demuestran que existe un vínculo entre nuestros sistemas neurológicos y el resto del organismo. Explorando y comprendiendo mejor estas relaciones, podemos marcar una diferencia real para los millones de personas que sufren dolor menstrual y problemas de salud mental».
REFERENCIA
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