Repasamos un puñado de joyas d ela serie B que han marcado la obra de Quentin tarantino.

Punto límite cero (1971)

La película de persecuciones automovilísticas preferida por Tarantino, y la que sirvió de inspiración para Death proof, aunque finalmente la cinta resultante no tuviera nada que ver con el original. Dirigida por Richard C. Sarafian y con un guión escrito nada menos que por GUillermo Cabrera Infante, Punto límite cero es la historia de Kowalski, un ex policía que se juega en una apuesta a que es capaz de salvar en 48 horas la distancia que separa Miami de Los Ángeles. El filme es una carrera hacia ninguna parte, en la que el protagonista huye tanto de sus ex compañeros polis como de su propio destino. Destino fatal que quedará sellado en una secuencia final, explosiva y realmente acojonante, que le deja a uno sin aliento. En medio, el antihéroe se irá cruzando con una fauna tipicamente setentera, que incluye Dj ciegos, hippies y moteras desnudas.

Aquel maldito tren blindado (1977)

Titulada originalmente Unglorious bastards, fue la cinta que sirvió de inspiración inicial para el Malditos bastardos de Tarantino. Aquel maldito tren blindado es una verisón macarra de Doce del patíbulo, dirigida por el italiano Enzo G. Castellari, y con un reparto que incluía a varios actores anglosajones bastante populares en aquella década: Bo Svenson, Fred Williamson e Ian Bannen. La trama gira en torno a un grupo de desertores del ejército de EE UU que planean asaltar un tren donde los alemanes trasladan un valioso tesoro. Nada nuevo bajo el sol, pero dirigido con gracia y mucha marcha. Probablemente la escena más famosa del fileme es aquella en la que los protagonistas se encuentran con un grupo de tías buenas bañándose desnudas en un río, y cuando se acercan a ellas, son recibidos con una salva de tiros ya que se trata de soldados femeninas del ejército nazi. En fin, rigor histórico no tenía mucho, pero, ¿acaso alguien lo pedía? Retomando el Malditos bastardos Tarantiniano, no está mal recordar otra de las referencias del filme. El Personaje del Brad Pitt se llama Aldo Ray, igual que un actor norteamericano de los años 50 y 60 que interpretó varias veces el papel de marine títulos como Más allá de las lágrimas, Los desnudos y los muertos y y La colina de los diablos de acero.

Django (1965)

Dirigida por Sergio Corbucci, esta película ha sido la que ha inspirado el nombre del protagonista del último filme de Tarantino, Djando desencadenado. Pero, salvo ese dato y la inclusión del tema musical de la película original en la banda sonora de la nueva, la verdad es que ambos filmes no se parecen en nada. El Django de Corbucci es un spaghetti western tétrico y macabro hasta decir basta. En un pueblo convertido en una especie de cementerio, donde dos bandas (un grupo de mexicanos sádicos y otro de perversos yankis que se disfrazan con capucha scoloradas) se disputan su dominio. Hasta allí llega Django, un pistolero al que los mex mutilan, machacándoles las manos con las culatas de su rifles y, una vez que han sido convertigas en un guiñapo sanguinolento, haciendo que sus caballos las pateen con sus coces. Pero eso no impedirá al héroe (interpretado por Franco Nero, que por cierto realiza una aparición especial en el filme de Tarantino) tomarse su venganza. Armado con una ametralladora gatling que esconde en un ataúd y que dispara con los muñones, Django no deja títere con cabeza.

Juego con la muerte (1975)

El filme póstumo de Bruce Lee, que ni siquiera llegó a rodarlo entero, ya que falleció a mitad de la filmación y hubo que completarla con un doble. Es sabida la querencia de Tarantino por el cine de Hong Kong, al que ha rendido múltiples homenajes. Pero de este filme tomó, por ejemplo, el chandal amarillo que usa el protagonista y que es idéntico al que luce Uma Thurman en Kill Bill. Por cierto, los antifaces que llevan los yakuzas de esta película están tomados del que usaba Bruce Lee en una serie de televisión titulada The green hornet.

Mandingo (1975)

Una de las cintas que han servido de inspiración para Django unchained. Dirigida ni más ni menos que por Richard Fleischer (autor de joyas como Los vikingos o El estrangulador de Boston). Es un filme que utiliza el tema de la esclavitud y el racismo como reclamo para excitar los instintos más bajos del espectador. Lo que tampoco impide que sea una de las películas que con más realismo y crueldad han reflejado el tema de la vergonzosa trata de negros. Aquí tenemos a una rica familia sureña cuyo patriarca (James Mason) duerme con un niño negro colocado bajo sus pies, ya que le han dicho que de esa manera traspasará la gota al crío. Su hijo, (el guaperas Perry King) se las da de liberal y está enamorado de una criada negra (interpretada nada menos que por la impresionante Pam Grier). Pero su padre le obliga a casarse con una muchachita blanca (Susan George), que acabará montándoselo con el esclavo semental, un mandinga al que su dueño utliza como boxeador (e interpretado por el deportista Ken Norton)… Vamos, un auténtico culebrón que alcanza altas cotas de sadismo, incluyendo escenas de infanticidio, violaciones, torturas varias y la muerte de un esclavo cocido vivo en una gigantesca olla de agua hirviendo. Con todo, la película tiene una extraña calidad, aunque deja un amargo sabor en la boca del espectador.

Coffy (1973)

La blaxploitation (películas protagonizadas por héroes de raza negra) siempre ha sido un género muy querido por Tarantino. Le ha rendido homenaje en numerosas películas, y de hecho, su último filme, Django desencadenado, también lo es. Tarantino tenía especial querencia por Pam Grier, espectacular actriz negra que se consagró como heroína de acción en el filme Coffy, donde le pateaba el culo a toda una piara de traficantes de drogas, polis corruptos y blancos racistas. Años después Quentin la recuperó para convertirla en heroína de Jackie Brown, para muchos su peor película. Para mi, la mejor. Lo siento.

El expreso de Corea (1982)

Las películas de venganza y justicieros son otra de las pasiones de Tarantino. Pero más allá de Charles Bronson y su saga de El justiciero de la ciduad, estaba claro que al amigo Quentin tenía que gustarle una película más extraña. Y, efectivamente, su favorita en el subgénero es esta, El expreso de Corea. Una obra seca, dura y con un punto enfermizo. Cuenta la historia de un veterano de guerra que es víctima de un ajuste de cuentas en el que, los mafiosos de turno liquidan a su familia. Y al protagonista le mutilan metiéndole la mano en un triturador de basura. Armado con un gancho metálico y una recortada, el antihéroe de turno no deja títere con cabeza.

Thriller: a cruel picture (1973)

Los años setenta alumbraron una serie de subgéneros cargados de sexo y vilolencia que en ocasiones rozaban lo aberrante. Probablemente, el más controvertido de todos fue el de películas sobre violaciones. Una de las más célebres, y la preferida por Tarantino, es esta, de procedencia nórdica. Cuenta la tremebunda historia de una chica que, tras haber sido víctima de abusos infantiles, cae en las manos de una red de delincuentes que además de violarla y someterla a todo tipo de humillaciones, la drogan y la obligan a prostituirse. La muchacha logra escapar de ellos y, tras un período de regeneración, regresa para vengarse de sus verdugos de forma sangrienta. La protagonista, además de ser muda, se queda tuera por avatares dle guión. Y la imagen de la chica con parche ocular fue sin lugar a dudas la inspiración para el look del personaje de Daryl Hannah en el díptico Kill Bill.