Cuando era pequeño nunca coleccionó cromos de sus ídolos. Eso lo dejaba para los pósteres que tenía en la habitación. Eran solo dos. Uno de Maradona embarrado con la pelota y el otro de Zidane. Se llama Esteban Granero y ahora milita en el RCD Espanyol de Barcelona. Le apodan ‘El Pirata’. “Eso ya no me lo quito de encima”, confiesa con una sonrisa mientras le fotografiamos. Ha jugado en las filas del Getafe, de los Rangers, en el Real Madrid y la Real Sociedad. Si no fuera futbolista, se habría dedicado a la arquitectura. Ya en el patio de recreo del colegio ocupaba la posición de centrocampista que ha conservado toda la vida. “Era donde más posibilidades había de tener la pelota”, comenta en voz baja. El centrocampista requiere inteligencia para controlar el espacio / tiempo de un partido y eso le ha motivado hasta tal punto que se preguntó si una máquina podía hacer lo mismo que él con capacidad de predecir los movimientos del rival. Así nació su empresa de inteligencia artificial (IA) Olocip ubicada en Madrid.
P: ¿Cómo fue ese momento en que decidiste ser futbolista?
R: Lo recuerdo con cariño y nunca lo había explicado hasta ahora. Mi hermano y yo íbamos a jugar a fútbol al parque, a la Casa de Campo de Madrid. Al lado del camino había chalés y también una parcela con unas vistas muy bonitas. Mi hermano me dijo: “cuando seas jugador del Real Madrid, compraremos la parcela y nos haremos una casa para los dos”. Ese momento lo recuerdo como un punto de inflexión en mi vida. Tenía que jugar en el Real Madrid para cumplir con lo que me había pedido mi hermano. Pues lo conseguí, compramos la parcela y nos estamos haciendo una casa para los dos.
P: Ahí empezó tu carrera profesional.
R: Sí. Desde los 8 años hasta los 18 estuve en las divisiones inferiores del Real Madrid, superando criba tras criba. Recuerdo que eran durísimas. Llegué hasta el Castilla y luego fui al Getafe, para volver al Real Madrid años después.
P: También has jugado en la selección sub 21 y este año has formado parte de la selección de científicos de QUO.
R: Sí. Aprovecho para felicitar a la revista porque la noche de la gala tuve la oportunidad de conocer a gente interesantísima. Un caso sería el de José María Ordavás, que está realizando unos estudios de genética aplicables al tema de prevención de lesiones.
P: ¿Por qué decidiste fundar Olocip?
R: Como futbolista te das cuenta de que convives con algunas deficiencias que se podrían corregir gracias al uso de las nuevas tecnologías. Este nuevo actor permite construir soluciones más eficientes y de utilidad para los profesionales.
P: Una de esas soluciones sería tu inteligencia artificial, con capacidad para predecir el futuro. ¿Eso cómo se consigue?
R: Primero debemos situarnos en la materia, y para ello utilizaré el ajedrez. Hasta ahora, se han subestimado los mecanismos que tienen las máquinas para interpretar la intuición humana, y se las ha tratado como meras herramientas de cálculo. Esto hoy ha cambiado. La inteligencia artificial está demostrando una gran capacidad para desarrollar labores complejas y predictivas, que le permiten ganar a cualquier persona o máquina de cálculo sobre el tablero.
P: Es decir, que para vuestro proyecto de inteligencia artificial en Olocip habéis utilizado la experiencia acumulada en el ajedrez.
R: Al principio nos planteamos definir bien las distintas situaciones que se generan en un partido de fútbol. Debíamos tener claras las variables de cualquier jugada. Pensemos que, al final, en un partido, son dos equipos que se contraponen con la idea de encontrar las ventajas de uno sobre otro. Ahí nos dimos cuenta de que conceptos del ajedrez, como ‘la iniciativa’, se podían aplicar al fútbol.
P: ¿En qué consiste?
R: Es el número de oportunidades que tienes de generar amenazas, ataques sobre el rival. Saber quién tiene la iniciativa en un momento decisivo del partido te puede ayudar a definir en qué estás fallando para evitar un gol. Otro concepto importante en el ajedrez es el de la ‘pieza sobrecargada’. Es una pieza que se defiende de varios contrarios a la vez. Un mal movimiento de esta pieza podría dejar al descubierto un espacio vital, que aprovecharía el adversario con superioridad numérica.
P: Eso llevado al fútbol, sería un defensa pendiente de dos delanteros.
R: Correcto. Aquí el defensa tiene el problema de verse también sobrepasado por la superioridad del rival.
P: Tú sostienes que, en el fútbol, conceptos como la táctica y la estrategia están mal definidos. Para que la AI sea predictiva, eso (que es tan básico), debe tenerlo claro.
R: Sí. La estrategia en el fútbol no es pensar una jugada concreta a la hora de hacer un saque de esquina o un lanzamiento de falta. Es otra cosa bien distinta. Consiste en saber bien los puntos fuertes y debilidades del rival para planificar el dominio de una parte del campo, abrir zonas de ataque durante un período de tiempo. Por el contrario, la táctica se limita a acciones de 3 o 4 pases, acciones que resuelven una situación concreta y duran segundos. La estrategia es un plan a largo plazo, basado en fortalezas y debilidades inherentes al rival y a ti mismo. Los córners, etc., son acciones a balón parado. El 4-3-3 es un sistema de juego.
P: Vale. Una vez habéis definido bien el fútbol, ¿qué datos se introducen en vuestra AI?
R: Primero, le decimos dónde debe centrar su atención, tomando en cuenta el número de pases, cuántas veces se cambia la orientación del juego, tiros a puerta, asistencias, control del espacio, verticalidad efectiva… Son 150 variables. La máquina interpreta todos esos datos en crudo de forma matemática, y los vincula entre sí junto con los 800 partidos que hay en nuestra base de datos.
P: ¿De dónde salen esos 800 partidos? ¿Cómo se han elegido?
R: Son archivos que hemos comprado y que previamente hemos seleccionado, porque entendemos que esos partidos son los que dan a nuestra máquina el conocimiento general sobre fútbol que necesita. Se trata de partidos de distintas ligas y competiciones de todo el mundo, como la Champions o el Mundial.
P: ¿Y cómo lo hacéis?
R: En la parte más alta de un estadio de fútbol, se colocan varias cámaras que fijan su atención sobre los futbolistas. Empleando visión artificial, van reconociendo a cada jugador y su posición en el campo unas 6 veces por segundo. Al final, toda esta información queda registrada en un archivo que contiene la posición de todos los jugadores a lo largo del partido.
P: ¿Y esas cámaras son vuestras?
R: No. Nosotros tenemos un proveedor de datos que se encarga de instalarlas, y también muchos clubes de fútbol contratan sus propios servicios de colocación de cámaras. Tenemos intención de seguir con nuestro proveedor hasta que tengamos desarrolladas las nuestras con tecnología propia.
P: ¿Qué aportarán de nuevo?
R: Ahora mismo, los datos (eventos) se consiguen de forma manual. Es decir: hay una persona que se encarga de apuntar todas las incidencias que suceden sobre el terreno de juego. Nosotros vamos a automatizar todo eso haciendo uso de nuestra inteligencia artificial, y en eso el equipo de Olocip es pionero.
P: ¿Y cómo es posible que una inteligencia artificial sepa el momento exacto en el que se produce un tiro a puerta o un pase en profundidad?
R: La máquina tiene un gran archivo de datos, donde están registrados todos los disparos a puerta, y le hemos enseñado a reconocerlos. Con esa base, es capaz de descubrir patrones ocultos al ojo humano, que le indican que se están produciendo determinados eventos de forma automática y, por lo tanto, quedan registrados.
P: Imagina que soy un directivo del Barça o del Real Madrid y me pongo en contacto contigo para contratar los servicios de Olocip. ¿Cómo actuaríais?
R: Primero, instalaríamos las cámaras de las que te hablaba antes de empezar el partido. Colocarlas es muy sencillo. Incluso te las puedes llevar cuando juegas fuera de casa. Una vez colocadas, nuestro programa TCT Coach se nutre de todo lo que hace tu equipo y el rival. En base al ‘entrenamiento inteligente’ que le hemos proporcionado predecirí , en tiempo real, las probabilidades de marcar un gol y de establecer cualquier otro objetivo que tú quieras. Puede que el entrenador de tu equipo decida que solo quiere defender o solo atacar o hacer ambas cosas a la vez. Eso se lo pides a la máquina. Además, el entrenador también selecciona las instrucciones que quiere que el sistema pueda devolverle. Por ejemplo, solo saber y atacar por dentro o fuera es lo idóneo para marcar, o solamente saber si presionar más alto o más bajo es mejor para tener mayor posesión en los próximos minutos…
P: ¿Cuál es el margen de error del programa?
R: Para darle a nuestro modelo el valor que merece y demostrar que sus predicciones son acertadas, hacemos calibraciones científicas. De los 800 partidos de nuestra base de datos, nos reservamos 100, que son los que nos ayudan a comparar las predicciones y aquello que sucede en el partido. Crossvalidación, así se llama este proceso, que se repite innumerables veces para poder sacar el mayor provecho posible de los partidos que disponemos, al mismo tiempo que realizamos una validación totalmente honesta.
P: ¿Qué especialistas trabajan en tu IA?
R: Tengo dos socios que se llaman Pedro Larrañaga y Concha Bielza, ambos catedráticos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Recientemente, a Pedro Larrañaga le acaban de nombrar ‘Fellow of the Academia Europaea’, una distinción muy prestigiosa. Por su parte, Concha ha ganado varios premios de investigación. Ellos dirigen un equipo de modelaje y desarrollo de IA.
P: ¿Cuántos clientes tenéis ya?
R: Varios, pero no puedo mencionarlos. Prefieren mantener el anonimato. Mantenemos con todos ellos un contrato de confidencialidad. Sí te puedo decir que hay clubes de fútbol de primera división, centros de alto rendimiento y academias deportivas. Hasta ahora, solo nos hemos dedicado a la investigación. Pese a ello, ha habido gente que se ha enterado de lo que hacemos y nos han pedido información. El desarrollo del negocio y la comercialización de nuestra inteligencia artificial acaba de empezar ahora.
P: Imaginemos que, tanto el Real Madrid como el Barça, hacen uso de vuestra inteligencia artificial en el Clásico. ¿Qué sucede ahí?
R: Nosotros no hemos creado un oráculo con capacidad para decirnos quién va a ganar el partido. Lo nuestro es una herramienta de ayuda que tiene unos ojos y una memoria de las que carece cualquier persona. El uso que haga el entrenador de nuestra IA es cosa suya. Los objetivos los marca él. Hay clientes que nos piden, por ejemplo, variables como dividir el campo en pasillos para saber las probabilidades de marcar gol, o si se debe atacar por el centro del campo o bien por las bandas.
P: ¿Se puede utilizar tu IA en los entrenamientos?
R: Sí. Sirve para la prevención de lesiones. Aquí utilizamos variables como el reparto de fuerzas en las piernas, la elasticidad del cuerpo, movilidad, análisis de sangre y de genes, pruebas nutricionales, antecedentes de lesiones. Con todo ese volumen de información podemos predecir cuál es el estado del jugador frente a una futura posible lesión. Para que la medición sea entendible, establecemos una escala de 0 a 10.
P: Entiendo que, si la máquina me dice que estoy en nivel 7, mi riesgo de lesión es alto…
R: Correcto. En ese caso, deberías reducir considerablemente el ritmo de entrenamiento. Al ser modelos transparentes, no sabrías únicamente tu riesgo de lesión, sino también las variables que inciden negativamente en tu riesgo y cómo corregirlas (si se puede).
P: ¿Y quién introduce esa información?
R: Pues los miembros del equipo médico del club. Además, hay datos que se actualizan de forma periódica, como las analíticas de sangre. Estas se hacen tres veces al año. Por su parte, el preparador físico también introduce los datos de los entrenamientos diarios de los jugadores.
P: ¿Cómo los obtiene el preparador físico?
R: Los futbolistas siempre llevamos con nosotros un dispositivo GPS, que registra toda la actividad física que generamos en el entrenamiento. Los archivos de información van directos a nuestra IA. Los GPS no son nuestros, pertenecen al club.
P: Toda esa información es valiosa. ¿De quién es propiedad?
R: Este punto es sensible y le damos mucha importancia. Nosotros somos meros tratantes de la información. Desde un punto de vista legal, el jugador es el propietario de los datos y nosotros firmamos un contrato con nuestros clientes sobre cómo tratarlos. También contamos con una empresa externa y un empleado aquí en Olocip para controlar el tema de la seguridad informática.
P: ¿Se puede realmente predecir el rendimiento futuro de un jugador?
R: Imagina que eres un directivo del Espanyol y quieres contratar a Sergio Canales o a un jugador de la liga ucraniana. Para ficharlo, no te interesa saber cuál fue su rendimiento en la pasada temporada. Te interesa su rendimiento futuro, cómo se va a adaptar a tu liga, al equipo, a los compañeros. Para eso es vital contextualizar al jugador, y eso es justo lo que hace nuestra inteligencia artificial. Para este tipo de predicciones se tienen en cuenta más de doscientas variables y se recogen datos del jugador de los últimos cinco años. Se estudia la evolución de jugador a lo largo del tiempo
P: ¿Y si la inteligencia artificial comete errores, tiene capacidad para corregirse a sí misma?
R: Sí, y cuantos más datos vayan entrando en el modelo, más aprenderá.
P: Si resulta que el modelo funciona tan bien y sabe corregirse a sí mismo, entonces no harán falta entrenadores ni informáticos, ¿no es cierto?
R: La figura del entrenador es fundamental. Nosotros solo facilitamos una herramienta de asistencia en la toma de decisión para que utilice eficientemente los datos que se pueden extraer hoy en día. Nuestra AI es el tercer entrenador del equipo, asistente de dirección deportiva o ayudante del equipo médico. Nada más… ¡y nada menos!
P: Con lo que estás aprendiendo en Olocip, ahora podrás cuestionar a tu entrenador.
R: Eso no es buen negocio. Lo mejor siempre es darle la razón [Risas]. El entrenador es un gran defensor de su intuición. Además, el mío en el Espanyol es muy metódico y lo tiene todo en cuenta. Jamás le he comentado nada de lo que hacemos en Olocip. No me gusta mezclar mi carrera deportiva con lo que hago fuera de ella. Si algún día le interesa, ya se lo contaré.
P: Tú estás metido en un proyecto de inteligencia artificial y los futbolistas no tenéis fama de ser demasiado inteligentes. Estás rompiendo muchos tópicos.
R: Sí, ya sé que tenemos mala fama y muchas veces nos la ganamos a pulso. También es verdad que conozco a futbolistas con grandes capacidades e inquietudes. Debemos ser conscientes que somos un ejemplo para un montón de chavales. Con Olocip, hago lo que me gusta, y aprendo.
P: ¿Le has preguntado a tu inteligencia artificial cuántos años te quedan para jugar como futbolista?
R: Claro, eso fue lo primero que hice. Cuando llegas a los 30 o a los 31, la imagen que transmite un futbolista es que ya no tiene la misma capacidad para correr como uno de 20. Pero te puedo decir que la máquina no valora tan negativamente mi edad, ni mucho menos.
P: Bueno, eso lo podrás esgrimir ante tu entrenador. Le podrás enseñar los datos que proporciona la inteligencia artificial.
R: Claro. Piensa que, entre nuestros clientes, figuran representantes. La información predictiva sobre dónde podrían jugar sus futbolistas de forma más óptima es un argumento más para presentarle al director deportivo de un club. Ya tenemos casos de éxito.
P: ¿Tu inteligencia predictiva también se podría utilizar para hacer apuestas online?
R: Sí y sería una buena manera de demostrar que nuestro sistema funciona de forma eficiente, pero no lo hacemos. Somos cautos con ese tema. En Olocip solo nos centramos en el rendimiento aplicado al fútbol.
P: ¿Lo has probado?
R: Paso palabra [Risas]