Un estudio revela que los conductores de taxis y ambulancias tienen tasas inusualmente bajas de muerte por alzhéimer
El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta principalmente a la memoria y las habilidades cognitivas. Se desarrolla en regiones cerebrales como el hipocampo, crucial para la creación de mapas espaciales que nos ayudan a orientarnos. Algunas investigaciones sugieren que actividades que estimulan esta área podrían tener un impacto protector frente al deterioro cognitivo.
Los investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard analizaron cerca de 9 millones de certificados de defunción emitidos en Estados Unidos entre 2020 y 2022, explorando la relación entre las ocupaciones y el alzhéimer como causa de muerte. Descubrieron que los conductores de taxis y ambulancias tenían tasas sorprendentemente bajas de mortalidad atribuida a esta enfermedad.
Entre las personas con ocupaciones registradas en los certificados de defunción, el 3,88 % tenía alzhéimer listado como causa de muerte, lo que equivale a unas 348.328 personas. Sin embargo, solo el 1,03 % de los conductores de taxis y el 0,74 % de los conductores de ambulancias figuraban en esta categoría.
El cerebro como mapa
El estudio sugiere que la navegación en tiempo real podría ser clave. Este tipo de trabajo activa regiones cerebrales como el hipocampo, que también están implicadas en el desarrollo del alzhéimer. Estudios previos ya habían mostrado que los taxistas londinenses, al aprender «The Knowledge» —una prueba que requiere memorizar el trazado de toda la ciudad—, presentan cambios físicos en su cerebro.
Según el Dr. Vishal Patel, coautor del estudio, las profesiones que requieren procesamiento espacial y de navegación podrían estar asociadas con un menor riesgo de mortalidad por alzhéimer. Sin embargo, estas conclusiones son preliminares. “Vemos estos hallazgos como generadores de hipótesis, no como definitivos”, aclaró el Dr. Anupam Jena, investigador principal.
¿Factores adicionales?
Aunque los resultados son intrigantes, otras variables podrían influir. Por ejemplo, los conductores de taxis y ambulancias en el estudio tenían edades promedio de muerte entre los 64 y 67 años, mientras que el promedio general para otras ocupaciones era de 74 años. Dado que el alzhéimer suele aparecer después de los 65 años, es posible que estos conductores no vivieran lo suficiente como para desarrollar la enfermedad.
Además, las diferencias de género también juegan un papel. Las mujeres, que tienen mayor probabilidad de desarrollar alzhéimer que los hombres, representan solo el 10-22 % de los conductores de taxis y ambulancias, frente al 48 % en otras ocupaciones.
Finalmente, es posible que las personas predispuestas al alzhéimer eviten naturalmente empleos que exijan altas capacidades de memoria y navegación.
No todos los trabajos relacionados con transporte son iguales
Interesantemente, otras ocupaciones relacionadas con transporte no mostraron los mismos beneficios. Por ejemplo, los conductores de autobús ocupaban el puesto 263 en la lista de ocupaciones con menor riesgo, mientras que los capitanes de barcos y pilotos de avión estaban entre las profesiones con mayores tasas de mortalidad por alzhéimer.
Este estudio plantea preguntas importantes sobre cómo nuestras actividades profesionales pueden influir en el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas. Aunque aún falta mucho por investigar, los hallazgos destacan la posible conexión entre el uso activo del cerebro y la prevención del alzhéimer. Sin embargo, tal como señalan los autores, es esencial no sacar conclusiones precipitadas y continuar explorando cómo nuestras elecciones laborales impactan nuestra salud a largo plazo.
REFERENCIA