Hay 200 cuevas localizadas bajo la superficie de la Luna, una de ellas tan grande como toda la ciudad de Barcelona. Las grandes agencias del espacio inician la cuenta atrás para explorarlas.

Uno de los proyectos en consideración por la ESA para explorar las cuevas de la Luna es Made in Spain. Un esquipo de astrofísicos e ingenieros de la Universidad de Oviedo ha propuesto desplegar un enjambre de pequeños robots e introducirlos en las cuevas mediante una grúa.

El extremo de la grúa mantendrá contacto con los robots exploradores mientras su cabezal de carga, en el exterior de la cueva, recogerá la luz del Sol. De ese modo los rovers mantendrán su carga y podrán comunicarse con la base mediante Wifi.

La naturaleza de las cuevas de la Luna

Bajo la lava fría que forma las bastas llanuras de basalto lunar hay una red de túneles y cuevas, creadas bajo la lava de viejos volcanes que un día estuvieron activos.  Algunos de estos pozos son tan anchos como un campo de fútbol y lo suficientemente grandes como para tragar edificios enteros.

El Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA ha descubierto más de 200  misteriosos agujeros que se encuentran normalmente dentro de grandes cráteres cuyo tamaño oscila entre unos 5 metros y más de 900 metros de diámetro.  Muchos de ellos podrían ser entradas a lo que se denominan tubos de lava lunares.

Estas cavidades son de particular interés para los geólogos planetarios ya que su interior ha permanecido inalterado durante miles de millones de años. Además, las cuevas tienen un interés aún mayor: podrían proporcionar refugio para futuros equipos, centros de investigación, e incluso podrían servir como parte de un recinto habitado por los primeros colonos en la Luna.

Un refugio para los futuros colonos

En las cuevas, los futuros colonos estarían protegidos de la radiación, los micrometeoritos y los dramáticos cambios de temperatura entre el día y la noche lunar

Los tubos de lava también son comunes aquí en la Tierra y se forman allí donde ha habido actividad volcánica. Cuando la lava fluye desde el volcán, la superficie se enfría formando una corteza endurecida que contiene el flujo de lava por debajo como un río subterráneo de roca fundida. Luego, si las condiciones son adecuadas, la lava se vacía dejando un tubo bajo la superficie.

Los tubos de lava de la isla de Lanzarote pueden considerarse análogos a los que podrán encontrarse en la Luna. Debajo de la superficie de la luna, los astronautas, o futuros colonos de una base lunar, estarían protegidos de la radiación, los micrometeoritos, los efectos nocivos del polvo lunar y los dramáticos cambios de temperatura entre el día y la noche.

Como parte de su plan de exploración de la Luna, la NASA planea construir un puesto avanzado lunar en órbita  y usar la estación como trampolín para misiones tripuladas a la superficie. Pero antes de que regresen los astronautas, un pequeño vehículo de dos ruedas podría explorar los profundos pozos lunares para ver si el futuro de la humanidad en la luna reside en sus intrigantes cavernas.

Una cueva en la que cabe Barcelona

En otoño de 2017, científicos japoneses publicaron el descubrimiento de una cueva en la Luna de 50 kilómetros de largo. La salida de este tubo de lava se ubica en las colinas de Marius, un conjunto de promontorios (de hasta 500 metros de alto) surgidos alrededor del cráter del mismo nombre. El estudio de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial que dimensionó la cueva se publicó en ‘Geophysical Research Letters’.

La inmensa cueva cuya boca se abre en la conocida como colina de Marius.

El plan en marcha: La ESA recrea un viaje al interior de una cueva de la Luna

En un primer paso para descubrir los secretos subterráneos de la Luna, en 2019 la ESA pidió ideas para detectar, mapear y explorar cuevas lunares. Ahora se han seleccionado cinco de estas ideas, para estudiarlas con más detalle , cada una de las cuales aborda diferentes fases de una potencial misión a la Luna.

A través de estos cinco estudios evaluados por  Sysnova, se han desarrollado tres tipos de misión: uno para realizar una exploración preliminar de pozos de entrada y cuevas subterráneas desde la superficie de la Luna, otro para bajar una sonda a un pozo y acceder a la primera parte de una cueva, y otro para explorar un tubo de lava subterráneo que utiliza vehículos autónomos. El proyecto de la ESA recibe el nombre de CAVES y PANGEA .

Este vídeo con imágenes de la ESA recrea un viaje al interior de una cueva en la Luna.

 

La Universidad de Oviedo propone un enjambre de robots sujetos a una grúa

El proyecto propuesto por  la Universidad de Oviedo ha sido uno de los seleccionados para participar en un estudio de la ESA Concurrent Design Facility ( CDF ).

La Universidad de Oviedo,  ha propuesto el despliegue de un enjambre de pequeños robots dentro de una cueva. Trabajando junto con la Universidad de Vigo y Alén Space, el foco de su investigación ha sido superar la falta de luz solar – y por lo tanto de energía solar – dentro de una cueva, así como cómo transmitir datos de los robots a un rover en la superficie de la Luna.

La solución del equipo es usar una grúa para bajar los robots a un tubo de lava. Equipado con un panel solar, el rover suministraría energía a los robots a través de la grúa utilizando un «cabezal de carga» unido a la parte inferior de la grúa. Al estar a la vista de los robots, el cabezal de carga suministraría energía de forma inalámbrica, además de transmitir y recibir datos.

Esquema de la propuesta de la Universidad de Oviedo