Una corriente clave para estabilizar el clima en el Atlántico y más allá podría ser un tercio más débil en 2040, según revela un nuevo estudio

La Circulación Meridional de Oscilación del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés), que incluye la Corriente del Golfo, estabiliza el clima en el hemisferio norte y mucho más allá. Pero un nuevo modelo climático que tiene en cuenta el deshielo de la capa de hielo de Groenlandia sugiere que, al ritmo actual de emisiones mundiales de dióxido de carbono, la corriente podría debilitarse hasta un tercio en los próximos 15 años. Los investigadores publicaron sus conclusiones en la revista Nature Geoscience.

La AMOC actúa como una cinta transportadora planetaria que lleva nutrientes, oxígeno y calor desde las aguas tropicales hacia el norte y desplaza las aguas frías hacia el sur, un equilibrio que mantiene ambas orillas del Atlántico a 5 grados Celsius más calientes de lo que serían de otro modo.

Pero las investigaciones sobre la historia climática de la Tierra muestran que la corriente se ha desconectado en el pasado, y un número creciente de estudios han insinuado que el cambio climático está provocando la ralentización de la AMOC. En el peor de los casos, la corriente podría colapsar.

Si la corriente se detuviera por completo, sembraría el caos en todo el planeta, provocando el desplome de las temperaturas en toda Europa, la proliferación de tormentas en el ecuador y otros efectos imprevistos que repercutirían en puntos de inflexión en la selva amazónica y otras regiones.

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Sin embargo, aunque muchos modelos climáticos predicen una desaceleración moderada de la AMOC antes de 2100, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha estimado que la probabilidad de que el sistema cruce un punto de inflexión este siglo es inferior al 10%.

Animación simplificada de la «cinta transportadora» global de la AMOC, con las corrientes superficiales en rojo y las profundas en azul. (Crédito de la imagen: NASA/Goddard Space Flight Center Scientific Visualization Studio)

Animación simplificada de la «cinta transportadora» global de la AMOC, con las corrientes superficiales en rojo y las profundas en azul. (Crédito de la imagen: NASA/Goddard Space Flight Center Scientific Visualization Studio)

Sin embargo, esto es sólo el principio de la historia. Otros modelos han sugerido que la corriente podría colapsar pronto, suscitando el desacuerdo entre los científicos, y algunos han sugerido que los riesgos de debilitamiento de la corriente se han subestimado y exigen una acción urgente.

Una pieza importante del rompecabezas es el agua de deshielo que fluye hacia el Atlántico desde Groenlandia y el Ártico canadiense. La AMOC funciona como un gigantesco motor que lleva las aguas más cálidas del Sur (más saladas y densas) hacia el Norte. A medida que se desplaza hacia el norte, el agua salada se enfría y se vuelve más densa, por lo que se hunde. Esta cinta transportadora de agua también libera calor a la atmósfera antes de regresar al sur.

Pero la afluencia de agua dulce más ligera procedente del deshielo de los glaciares está desplazando parte de esta agua salada del océano, haciendo que deje de hundirse tan profundamente y ralentizando el AMOC. Sin embargo, hasta ahora, esta agua de deshielo no se había tenido en cuenta en los modelos.

«La comunidad científica sigue muy dividida sobre este tema», explica Laurie Menviel, paleoclimatóloga de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW), en Sidney. «El primer aspecto es que obtener estimaciones precisas del agua de deshielo adicional y de la descarga de hielo es difícil. También existía la creencia de que el flujo era demasiado pequeño para afectar al sistema».

Para investigar el posible descuido, Menviel y su colega Gabriel Pontes, científico investigador de la UNSW, crearon un nuevo modelo que tenía en cuenta las salidas de agua de deshielo estimadas.

El modelo de ambos sugiere que la AMOC se ha ido ralentizando a un ritmo de 0,46 sverdrup (un sverdrup es 1 millón de metros cúbicos de agua por segundo) cada década desde 1950, y que si la humanidad supera los 2 grados Centígrados de calentamiento global (en línea con las proyecciones actuales), la circulación podría ser un 33% más débil en 2040.

«Este trabajo es importante porque confirma lo que muchos sospechaban, pero que no se había demostrado antes de forma explícita», Stefan Rahmstorf, oceanógrafo que dirige el departamento de análisis del sistema terrestre del Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam (Alemania). «Para el futuro, los resultados sugieren que debemos esperar un descenso del AMOC más rápido de lo que ha predicho el IPCC».

REFERENCIA

Weakening of the Atlantic Meridional Overturning Circulation driven by subarctic freshening since the mid-twentieth century

Imagen: Fiordo de Elulissat