Las bacterias luchan por obtener alimento como si fueran animales salvajes. Cuando en el territorio de una colonia penetran otras rivales, esta se defiende generando proteínas letales que las disuaden de robarle sus recursos, según una investigación de la Universidad de San Diego. Las colonias se desplazan expandiendo sus ramificaciones en todas direcciones, hasta que tienen que compartir un plato de comida con otra (imagen superior). Entonces, se ponen en guardia y se preparan para entrar en guerra con un arsenal de armas químicas.
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