Todos los pueblos europeos son descendientes de sólo siete mujeres, las siete Evas de Europa.
(Ilustración de José Antonio Peñas/Sinc)
Bryan Sykes, un profesor de genética humana de la Universidad de Oxford, analizó el ADN de 6.000 europeos actuales y alcanzó una conclusión fascinante: todos los europeos descendemos de solo siete mujeres.
Sykes llegó a esta conclusión después de estudiar el ADN mitocondrial, que solo se transmite por línea materna. Es la misma técnica que se utilizó para buscar la primera Eva de la humanidad, la «madre» de todos los humanos vivos, una mujer africana que vivió hace 200.000 años. Solo las descendientes de esta primera Eva han tenido hijas que, generación tras generación a lo largo de cientos de miles de años, han llegado hasta hoy.
El resto de los clanes desapareció. En algún momento se rompió la cadena, porque fallecieron, o porque no tuvieron hijas.
Este esquema explica cómo todos somos descendientes de una cadena de mujeres.
Conociendo que en el ADN se producen mutaciones espontáneas cada 10.000 años, es posible hacer una viaje atrás en el tiempo localizando esas mutaciones.
Sykes comparó el ADN de 6.000 europeos buscando qué mutaciones compartían más y son diferentes según el lugar del que procedemos. Teniendo en cuenta ese reloj biológico (los 10.000 años de mutación en mutación), encontró que todos descendemos de solo 7 mujeres, las Siete Evas Mitocondriales que vivieron en distintas épocas, antes y después de la última glaciación, y sus clanes se extendieron dando origen a todos los europeos.
Estas son, según Sykes, esas mujeres, a las que dio nombre.
Úrsula, la cazadora.
Vivió hace 45.000 años en el norte de Grecia. El 11% de la población europea pertenece a su clan que se diseminó por Europa cazando con armas de piedra. Al acercarse al período glacial sus descendientes emigraron al sur, y son abundantes en el oeste de Gran Bretaña y Escandinavia.
Xenia, la que llegó a América
Vivió hace 25.000 años en el Cáucaso, zona montañosa cercana al mar Negro. Ante la glaciación, se dispersaron por Europa y emigró a América. El 6% de los europeos descienden de ella, desde Europa Oriental a Gran Bretaña.
Helena, sus descendientes son los más numerosos en Europa
Se estableció hace 20.000 años. Venía de familia de cazadores que vivieron cerca de los Pirineos, en el límite entre Francia y España. Al descongelarse los glaciares de la cordillera, sus hijos viajaron al norte, y llegaron a Gran Bretaña hace 12.000 años. Descienden de ella el 47% de los europeos.
Velda, vivió hace 17.000 años en Cantabria
Compartió el territorio de la actual España con el clan de Úrsula. Al término del período glacial, ambos clanes emigraron al norte y alcanzaron la parte más septentrional de Escandinavia. Después se mezclaron con nómadas de la Rusia Ártica y nacieron los Lapones de Finlandia y Noruega. El 5% de los europeos son sus descendientes.
Katrine, habitó en las cercanías de Venecia hace 15.000 años
Su dieta estaba basada en el pescado. Sus descendientes eran cazadores. Son los actuales pobladores de Los Alpes. El 6% de los europeos son sus descendientes.
Jasmine y Tara, las dos Evas del Mediterráneo
Tara, vivió en la Toscana italiana hace 17.000 años
Al templarse el clima, su descendencia cruzó Europa y el Canal de la Mancha, entonces seco, y pobló Irlanda. El 9% de los europeos pertenecen a su clan, especialmente en el Mediterráneo occidental, oeste de Gran Bretaña e Irlanda.
Jasmine. Nació hace 8.500 años en Siria después del período glacial.
Ante la abundancia de caza menor, su clan fue el primero en dedicarse a la agricultura y tener hábitos sedentarios. En Europa enseñaron a los nómadas, que eran cazadores y recolectores, una nueva forma de vida, la agricultura. En la actualidad, casi el 17 por ciento de los europeos nativos pertenece al clan de Jasmine.
A diferencia de los otros seis clanes, los descendientes de Jasmine no se encuentran uniformemente distribuidos por toda Europa. Una rama diferenciada sigue la costa mediterránea hasta España y Portugal, desde donde se extendió al oeste de Gran Bretaña, siendo particularmente abundante en Cornualles, Gales y el oeste de Escocia.
La otra rama señala la ruta seguida a través de Europa central por los agricultores que cultivaron primero los fértiles valles fluviales y después las llanuras del norte de Europa. Ambas ramas siguen viviendo en nuestros días cerca de las rutas seguidas por sus antepasados agricultores, en su avance gradual desde el Oriente Medio. El 17% de los europeos descienden de ella, especialmente en la península ibérica, Cornualles, Gales y oeste de Escocia.
Ellas son nuestro origen.