A esto se llama aprovechar el tiempo. La liebre común no necesita esperar a parir una camada para engendrar otra. Esta capacidad, llamada de “superfetación”, ya se conocía, pero en el Instituto Leibniz de Zoología (IZW) de Berlín (Alemania) han precisado sus características. Kathleen Röllig y su grupo han observado que los nuevos embriones se forman en las trompas de la madre, donde aguardan el parto de sus hermanos para desplazarse y anidar en la matriz. De esta forma, las liebres pueden encadenar camadas y aumentar un tercio el número de crías.
Redacción QUO