Ya nadie se sorprende al ver en plena carretera molinos de 30 metros girando a ritmos de sonoras aspas. Pero el paisaje está a punto de cambiar. Una empresa española llamada Vortex Bladeless está proponiendo un nuevo modo de generar energía eólica.
Su idea es el Vortex, un aerogenerador sin aspas que se parece a un cono alargado. El Vortex tiene los mismos objetivos que los aerogeneradores convencionales: convertir viento en energía cinética que se puede utilizar como la electricidad. Pero lo hace de un modo completamente diferente.
En lugar de capturar la energía a través del movimiento circular de una hélice, Vortex Bladeless se aprovecha de los vórtices, flujos turbulentos, en este caso de aire, que al encontrarse con una estructura la hacen vibrar.Los vórtices son enemigos declarados de los arquitectos, ya que pueden perjudicar seriamente la integridad de una estructura. Un ejemplo clásico es lo que sucedió en el puente de Tacoma Narrows.
Pero mientras algunos ven un peligro en estos remolinos, otros ven una oportunidad. Los fundadores de la empresa española Vortex Bladeless, David Suriol, David Yáñez, y Raúl Martín, se plantearon utilizar la vibración para producir energía. La idea comenzó a desarrollarse en 2010. El primer paso fue crear un modelo en ordenador para asegurarse que el viento actuara de modo eficaz en toda la estructura. “Los remolinos – explica Suriol – tienen que trabajar en conjunto para lograr un buen rendimiento». En el último prototipo, el cono alargado está hecho de un material compuesto de fibra de vidrio y fibra de carbono, que permite que el mástil vibre tanto como sea posible. En la base del cono hay dos imanes que actúan como motor: cuando el cono oscila, los imanes tiran de él en la dirección opuesta incrementando el movimiento. Esta energía cinética se convierte entonces en electricidad a través de un alternador que multiplica la frecuencia de oscilación del “mástil” para mejorar la eficiencia de recolección de energía.
Una gran ventaja es que el Vortex Bladeless no tiene engranajes, tornillos, o partes móviles lo cual lo hace mucho más económico de fabricar (hasta un 51% menos) y mantener. La versión Mini, de unos 13 metros de alto, puede capturar hasta un 40 por ciento de la energía eólica en condiciones ideales (esto es cuando el viento sopla a unos 40 km/h). En las pruebas de campo, el Mini captó 30 por ciento menos que los aerogeneradores convencionales, pero esa deficiencia se compensa en la cantidad de turbinas Vortex que se pueden poner en el mismo espacio que los molinos actuales: el doble.
También es completamente silencioso y, ecológicamente, no produce consecuencias, ni en aves ni en ganado. El equipo de Vortexasegura que el Mini, estará listo en un año.
Juan Scaliter