Sí, como lo lees. Y es que, después de unos años en los que se les acusaba de sequía de ideas, de haber perdido la “magia”, ayer presentaron al fin su reloj inteligente cuya gran aportación es esta; el Digital Crown. Que no es más (ni menos) que la rueda lateral de los relojes de toda la vida reconvertida en el botón de control del dispositivo. A través de ella se puede hacer zoom en la pantalla, saltar entre ajustes y confirmar cualquier acción sólo con presionarla.
El propio Tim Cook, CEO de Apple, explicó en la presentación que los métodos de interacción del pasado (el ratón o la interfaz táctil) no servían para este nuevo desarrollo. Aunque la pantalla del dispositivo (de zafiro antirayaduras) es táctil y tan evolucionada que distingue la fuerza con la que la tocamos y, dependiendo de ella, realiza una u otra función. Así que, igual que Apple ha popularizado gestos ahora tan habituales como el de agrandar o reducir fotos con dos dedos, no será de extrañar que en unos años le hayamos cogido el punto a su Force Touch, que así se llama esta nueva tecnología y todos sepamos qué presión hay que ejercer sobre la pantalla para según qué cosas. Y es que, según Cook, no era posible apretujar la pantalla del iPhone para acoplarla a un reloj. Había que hacer algo diferente, para que la experiencia de usuario fuera buena, con una pantalla tan pequeña. También supimos ayer que podremos consultar las notificaciones con sólo levantar la muñeca cuando queramos verlas pero no se ha mostrado si hay otras funciones asociadas a gestos. Lo sabremos en cuanto haya unidades para probar.
A parte del interfaz, el Watch incorpora varios sensores que toman datos de nuestra muñeca, un acelerómetro y un giroscopio con los que monitorizar nuestra actividad física. Todo esto vinculado a las nuevas aplicaciones como Activity o Fitness, en la línea de la moda de los wearable “saludables” que suponen un mercado creciente. Por lo demás, habrá que esperar a que se comercialice y ver cómo responden los desarrolladores con la creación de aplicaciones interesantes que le den un valor añadido al dispositivo.
Otro punto a tener en cuenta es que podremos pagar con él, aunque todavía no está claro cómo.
Por último decir que el diseño tampoco defraudó, convirtiéndolo en el smart watch más versátil del mercado. De hecho, podrá se personalizado y vendrá en dos tamaños (38 y 42 mm) y tres modelos diferentes: el Apple Watch básico; el Sport, con carcasa de aluminio y el edition, más exclusivo, con carcasa de oro de 18 kilates. Cada uno de ellos pensado para abarcar los gustos de todo el público. Tampoco su precio parece descabellado, ya que su versión más barata se venderá por unos 270€, lo que mantiene su nivel de exclusividad pero no lo hace prohibitivo, como ha ocurrido con otros productos.
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