Gracias a las nuevas tecnologías, ya es posible estudiar el interior de las momias egipcias sin necesidad de practicarles una autopsia profesional. Y, a veces, se descubren auténticas sorpresas. Es lo que ha sucedido en un laboratorio de El Cairo al someter a los rayos x a la momia de un pájaro que fue utilizado en una ofrenda ritual al dios Ra. En su estómago han aparecido los restos de su última comida, un ratón. Tan bien conservados que puede distinguirse hasta parte de la calavera del infortunado roedor. Los investigadores creen que los sacerdotes egipcios pudieron obligar al ave a engullir a su presa.
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