La de la imagen es una de las momias más peculiares que se han encontrado en Egipto. Se la conoce, debido a la aterradora expresión que luce en su rostro, como la momia que grita. Pero, hasta la fecha, su identidad era un misterio. Se sabía que no fue embalsamada de forma artificial, y que se dejó que su cuerpo se momificara de manera natural. Por eso, se intuía que se trataba de una persona considerada impura.
Y, ahora, unos nuevos análisis han revelado que los restos pertenecen a uno de los hijos faraón Ramses III, casi con toda probabilidad al príncipe Pentawere. Según lo relatado en el Papiro de Turín sabemos que el príncipe intentó matar a su padre, apuñalándole en el cuello y que, tras ser apresado, se suicidó.
Las marcas encontradas en su cuello hacen pensar que se ahorcó. Lo que sigue siendo un misterio es si murió gritando, o si su rostro fue manipulado tras su muerte para que luciera esa impactante expresión. Tampoco sabemos si su intento de asesinato fue un éxito o no, ya que las causas de la muerte de Ramses III aún no están claras. Aunque hay algunos investigadores que creen que el faraón si falleció en ese magnicidio.
Vicente Fernández López