Cerca de 3.000 agentes se encuentran a la caza del atracador profesional Redoine Faïd, de 46 años. El pasado domingo, poco antes de las 11.30 de la mañana, un helicóptero se posaba en el patio de la cárcel de Réau, donde cumplía una condena de 25 años, para llevárselo en pocos minutos. Horas antes, tres hombres no identificados habían robado el aparato de un aeródromo de Seine-et-Marne con piloto incluido, al que obligaron a llevarlo hasta la prisión. Esta aeronave se convertía así en su mejor baza para llevarse a Faïd de la cárcel.
Habitualmente se encontraba en una celda de aislamiento, pero como era día de visitas estaba en un locutorio que daba al patio hablando con su hermano (sospechamos que a la espera de que le sacaran de allí), por lo que no tardaron en entrar hasta dar con él. La operación apenas duró 10 minutos y ahora, toda Francia está pendiente del caso. ¿Cómo lograron elaborar un plan tan minucioso?
Las miradas se centran ahora en varios drones que durante las últimas semanas sobrevolaron la prisión. Se cree que estaban equipados con cámaras que les ayudaron a reconocer el terreno y saber cómo llevar a cabo el asalto perfecto para conseguir llevarse sin problemas a Faïd. Ha sido ahora, una vez ha ocurrido el suceso, cuando han encontrado una explicación a varios drones que se habían visto sobrevolar por la zona en las semanas anteriores.
Es la primera vez que un dispositivo como este se ha usado para perpetrar un plan de huida, aunque no son nuevos dentro de la cárcel. De hecho, son muchos los casos que se han registrado en varias prisiones al ser una herramienta fácil para el contrabando de drogas dentro de la prisión.
Fuente: DigitalTrends
Alberto Pascual García