El sonido es una onda de presión: comprime y expande la materia, y así se traslada. Necesita, por lo tanto, un medio material: el aire, el agua, la tierra pueden transmitir el sonido. Pero el espacio es casi por completo vacío, y por lo tanto no hay materia para comprimirse y transmitir una onda de sonido.

Sin embargo, a través del espacio pueden viajar las ondas electromagnéticas, y las emisiones de partículas generadas en una explosión solar. Eso es lo que nos llega: la luz en unos 8 minutos –el tiempo que tarda en recorrer los casi 150 millones de kilómetros que nos separan del Sol– y las partículas (o viento solar) en 4 días.

Javier Armentia
Astrofísico y director del Planetario de Pamplona

Enviada por Juan Carlos Herrera, correo electrónico

Redacción QUO