El telescopio espacial James Webb, conocido como el futuro sustituto del Hubble, se cuenta entre los planes estrella de la NASA. Tanto, que la agencia ya ha renunciado a otros proyectos, como su participación en los internacionales IXO y LISA, para dedicar sus mermados fondos a ponerlo en órbita.
Sin embargo, tales recortes podrían no resultar suficientes. Varios miembros de la Cámara de Representantes estadounidense expresaron esteverano su inclinación por cancelar su finalización y lanzamiento, previsto para 2018. Ante esta situación, la NASA se planteó como solución desviar hacia el telescopio parte del presupuesto inicialmente destinado a otras de sus actividades.
Así las cosas, el pasado 14 de septiembre el Senado aprobó una propuesta para seguir aportar durante 2012 530 de los 1.600 millones de dólares necesarios para finalizar el telescopio y lanzarlo en 2018, pero la Cámara de Representantes aún tendrá que comprobar si esa cifra encaja en el presupuesto total y dar su visto bueno definitivo.
Pilar Gil Villar
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