Algunas compañías cubren a los astronautas que no van más allá de las órbitas más cercanas a la Tierra, pero las empresas no ofrecen productos para, por ejemplo, los futuros exploradores de Marte.
El riesgo de que algo no salga como se espera es tan alto que es probable que no lo hagan aunque se les presente la oportunidad. Pero los astronautas tienen otras alternativas. Opciones como la que eligió Neil Armstrong, quien no tenía dinero para asegurar su viaje a la Luna y firmó cientos de postales antes de partir. El americano previó que, en caso de que no volviera, se convertirían en un pequeño tesoro.