El pasado mes de agosto, se produjo una pérdida de oxígeno en la Estación Espacial Internacional, causada por un orificio de dos milímetros de ancho, que se había abierto en una de las cápsulas Soyuz acoplada a ella.
Inicialmente, se especuló con que el orificio pudo ser causado por el impacto de un micrometeorito. Parecía lo más lógico. Pero las autoridades rusas dijeron que había sospechas de que podía haber sido hecho de forma intencionada.
Por ese motivo, enviaron a la ISS a dos cosmonautas llamados Sergei Prokopyev y Oleg Kononenko, para que investigaran el suceso. Los dos astronautas ya han regresado a nuestro planeta, con muestras para que sean analizadas por investigadores de la policía rusa.
Y, ahora, Prokopyev ha declarado que hay evidencias claras de que el orificio fue realizado desde el interior de la nave. Eso sí, el astronauta se ha desmarcado de la tesis de un posible sabotaje, diciendo que: “No deberíamos pensar mal de ningún miembro de la tripulación”. Lo que sugiere que lo más probable es que todo haya sido debido a un accidente.
Fuente: IFL science.