La teoría la conocemos: debemos come más fibra, menos azúcar y menos alimentos procesados (pizzas congeladas, bollería industrial, etc.). Estos alimentos contienen un alto contenido de azúcar y grasa, pero ¿es esa la única razón por la que provocan aumento de peso?
Un nuevo estudio, publicado en Cell Metabolism y realizado por el Instituto Nacional de Salud (NIH) de EE. UU. señala que hay mucho más que solo calorías.
Si bien la ciencia ya ha identificado una asociación entre la comida basura y el aumento de peso, este vínculo nunca se había investigado con un ensayo aleatorio controlado (RCT por sus siglas en inglés).
En el RCT realizado por el Instituto Nacional de Salud, 20 adultos de alrededor de 30 años fueron asignados al azar a una dieta de alimentos procesados o a una dieta control de alimentos no procesados. Ambas consistían en tres comidas diarias más tentempiés a lo largo del día. A los participantes se les permitió comer tanto como quisieran.
Después de dos semanas con una de las dietas, los voluntarios se cambiaron a la otra y la siguieron también durante dos semanas. De este modo se incrementa la confiabilidad de los resultados, ya que cada persona participa en ambas partes del estudio.
Los resultados mostraron que, en promedio, los participantes consumían 500 calorías más por día cuando seguían la dieta de alimentos procesados.
Si bien sabemos que este tipo de comida puede ser bastante adictiva, los participantes señalaron que las dos dietas eran igual en cuanto a sabor, aunque no fueron conscientes de haber tenido un mayor apetito por los alimentos procesados. Más aún, pese a que habitualmente el consumo excesivo de alimentos procesados suele atribuirse a las comidas entre horas, en este estudio, la mayoría del exceso de calorías se consumió durante el desayuno y el almuerzo.
Al analizar estos datos, los científicos de NIH descubrieron que los participantes ingenrían las comidas procesadas más rápido, lo que les llevaba a consumir más calorías por minuto. Esto puede causar un consumo excesivo de calorías antes que el cuerpo emita señales de saciedad.
Un importante factor en este aspecto resultó ser el consumo de fibra: la mayoría de los alimentos procesados contienen poca fibra, por lo tanto, son más fáciles de comer rápido. La clave, según los expertos, es comer más lento e incluir más fibra.