En QUO celebramos que cumplimos 200 número dejando que grandes profesionales hagan sus preguntas científicas para que grandes científicos las contesten. Ésta es una de las de Mara Torres (La 2 Noticias).
Le responde el profesor Carlos Balaguer, del RoboticsLab, Universidad Carlos III de Madrid
Si la interacción robot-humano es larga y estrecha, difícilmente podremos creer que el robot tiene sentimientos “humanos”. Los diseñadores y programadores de los robots los están dotando de sistemas avanzados de interacción tales como el habla natural, comunicación gestual, memorización de situaciones, lugares, personas, etc. También se están desarrollando algoritmos que emulan diferentes emociones humanas tales como tristeza, alegría, miedo, etc. Para que esta emulación sea eficaz se están modelando nuestro propio comportamiento aprendiendo de disciplinas tan diversas como sociología, psicología, etc. No obstante, los resultados dejan mucho que desear en una interacción a fondo. En resumen, si la interacción humano-robot es completa, la respuesta a la pregunta es NO.
No obstante, hay matices importantes. Actualmente, y posiblemente en un futuro cercano, se están desarrollando robots androides que tiene una apariencia idéntica a nosotros mismos: misma cara, mismo pelo, misma ropa, misma voz. Es decir, que desde el punto de vista físico, nos están clonando (véase la foto de los trabajos del Prof. Hiroshi Ishiguro de la universidad de Osaka). El robot, denominado Geminoid, además esta equipado con un sistema de imitación gestual, sobre todo de la expresión de la cara, que trasmite perfectamente los diferentes estados de ánimo, que además se acompañan con una gesticulación adecuada, un todo de voz acorde, etc. El comportamiento del robot es tan real que los observadores externos llegan a creer, en algún momento, que están tratando con personas reales.
Esto crea el denominado síndrome del Uncanny Vally (valle siniestro) que lleva a que las personas se asusten ante la posibilidad e que puedan ser clonadas por alguna fuerza superior. Ya lo decía Sigmund Freud en 1919 en su obra Uncanny, “Para evocar fácilmente lo siniestro hay que dejar que la persona dude de si determinada figura que se presenta es una persona o un autómata.” Esto da lugar a nueva lonea de investogacion actual denominada “robots sintienetes”. Por todo ello, si la interacción humano-robot es corta y no muy estrecha, la respuesta a la pregunta seria SI.
Redacción QUO
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