Los científicos ya sabían que la luz podría ralentizarse cuando atravesaba materiales muy densos, como el agua o el cristal. Pero una vez que los había cruzado, recuperaba su velocidad normal. Pero, ahora, un equpo de investigadores de la Universidad de Glasgow ha conseguido un logro sin precedentes: que las partículas de luz, los fotones, vayan más lentos mientras viajan por el espacio abierto y sin interactuar con ningún otro material. Algo que hasta la fecha se consideraba imposible.
Lo que hicieron los científicos fue crear en torno a los fotones una especie de «máscara» que los dotaba de una estructura espacial. De esta manera se consiguió que las partículas de luz experimentaran un retraso equivalente a veinte longitudes de onda, para recorrer una distancia inferior a un metro.
«El retraso que hemos conseguido introducir en el haz luminoso es pequeño y supone unos pocos micrómetros en una distancia de propagación de un metro, pero es muy significativo. Hemos logrado medir un efecto similar en diferentes tipos de haces», explicó Daniel Giovanni, uno de los autores del estudio.
Redacción QUO
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