“La NASA invita al público a ayudar a buscar posibles mundos no descubiertos en los confines exteriores de nuestro sistema solar y en el espacio interestelar vecino”. Así comienza el comunicado de la agencia espacial de Estados Unidos que busca captar la atención de los ciudadanos para rastrear objetos celestes móviles en el cielo. Para ello ha creado un nuevo sitio web, llamado Backyard Worlds: Planet 9, en el que los voluntarios deberán visualizar las imágenes capturadas por la misión Wide-field Infrared Survey Explorer (WISE).
Una vez que se accede a la página, los cazadores de planetas,tendrán acceso a miles de breves animaciones que muestran cómo pequeños sectores del cielo cambian en el transcurso de varios años. Los objetos en movimiento marcados por los participantes serán analizados por el equipo científico para que se verifique si hay un hallazgo y, en tal caso, compartirán el crédito por sus descubrimientos en cualquier publicación científica que resulte del proyecto.
Ante la duda, los voluntarios podrán discutir sus hallazgo gracias a una sección en la que todos participan.
En su comunicado, la Nasa, no solo explica que contar con humanos para realizar esta tarea es fundamental, ya que los ordenadores se confunden fácilmente con la cantidad de objetos visibles, mientras que para nosotros, es más sencillo detectar una anomalía, también añade que “hay una zona muy extensa -de unos 4 años luz- entre Neptuno y la estrella más cercana, Proxima Centauri, que recibe muy poca luz del Sol. Eso quiere decir que los objetos en esa zona no pueden reflejar la luz, y por lo tanto son muy difíciles de ubicar”.
Al proyecto, que de acuerdo a los expertos podría tomar 4 años, ya se han sumado más de 15.000 voluntarios. Así que, si quieres participar del descubrimiento del elusivo planeta 9 o X, como también es conocido, es tu oportunidad.
La Nasa especula que este planeta, cuyo hábitat está más allá de Plutón, tendría diez veces la masa de la Tierra, su órbita sería 20 veces más grande que la de Neptuno y su viaje alrededor del Sol le tomaría entre 10.000 y 20.000 años.
En 2015, un estudio proponía la primera evidencia sobre su existencia, algo que se baraja desde hace más de un siglo cuando el astrónomo Percival Lowell le puso dicho nombre por ser una incógnita, no por el número romano.
Juan Scaliter
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