Hacerse un tatuaje puede tener algunas complicaciones inesperadas si el sistema inmune no está a la altura. Esa es la conclusión de un reciente estudio publicado en BMJ Case Reports.
El estudio se basa en el tratamiento que recibió una mujer de 31 años tratada por dolor crónico en la cadera, la rodilla y el muslo izquierdo algunos meses después de haberse realizado un tatuaje.
La joven había recibido medicación para deprimir su sistema inmune durante varios años después de recibir un doble trasplante de pulmón en 2009.
Su pierna derecha había sido tatuada varios años antes, sin efectos nocivos, y decidió hacerse otro en su muslo izquierdo.
Inmediatamente después de este, experimentó irritación leve de la piel, algo nada extraño, según los autores. Pero 9 días más tarde, desarrolló dolor en su rodilla izquierda y muslo. Sus síntomas eran tan graves que necesitaba fuertes analgésicos. Diez meses las molestias persistían. Entonces fue remitida a una clínica de reumatología, donde se le hicieron pruebas para varias afecciones, cuyos resultados fueron negativos.
Pero una biopsia de su muslo reveló que tenía una miopatía inflamatoria: inflamación muscular crónica. Esto a menudo va acompañado de debilidad muscular y dolor.
En muchos casos, se desconoce la causa de esto y puede surgir espontáneamente. Pero en este caso, los médicos creen que es probable que se haya relacionado con el proceso del tatuaje en sí, cuyos efectos pueden haber sido agravados por un sistema inmune comprometido.
«Si bien reconocemos que no hay evidencia para demostrar definitivamente el efecto causal, el momento de inicio y la ubicación de los síntomas se correlacionaron bien con la aplicación del tatuaje y no hubo otros factores identificables para causar la patología”, señalan en el estudio.
La mujer recibió fisioterapia para fortalecer los músculos del muslo y un año después del inicio de sus síntomas, comenzó a mejorar. Tres años más tarde los dolores habían remitido por completo.
Aún no está claro cómo el proceso del tatuaje pudo haber contribuido a los síntomas, pero es bien sabido que el tipo de tinta o los colorantes usados (por ejemplo el rojo) pueden causar una reacción – concluyen los responsables, por lo que los pacientes con sistemas inmunológicos comprometidos deben ser conscientes de los riesgos potenciales asociados con este tipo de arte corporal.
Juan Scaliter
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