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No, la Luna no está hecha de queso

Los científicos confirman la composición del núcleo interno de la luna, que consiste en una bola de metal sólido

Una minuciosa investigación publicada en mayo de 2023 descubrió que el núcleo interno de la Luna es, de hecho, una bola sólida con una densidad similar a la del hierro. Esto, esperan los investigadores, ayudará a resolver un largo debate sobre si el corazón interno de la Luna es sólido o fundido, y conducirá a una comprensión más precisa de la historia de la Luna – y, por extensión, la del Sistema Solar.

«Nuestros resultados», escribió un equipo dirigido por el astrónomo Arthur Briaud, del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, «cuestionan la evolución del campo magnético lunar gracias a su demostración de la existencia del núcleo interno y apoyan un escenario de vuelco global del manto que aporta ideas sustanciales sobre la cronología del bombardeo lunar en los primeros mil millones de años del Sistema Solar».

La forma más eficaz de estudiar la composición interior de los objetos del Sistema Solar es a través de los datos sísmicos. La forma en que las ondas acústicas generadas por los seísmos atraviesan y se reflejan en el material del interior de un planeta o una luna puede ayudar a los científicos a crear un mapa detallado del interior del objeto.

Representación artística de diferentes instrumentos que miden las propiedades de la Luna para revelar su núcleo. (Géoazur/Nicolas Sarter)

Disponemos de datos sísmicos lunares recogidos por la misión Apolo, pero su resolución es demasiado baja para determinar con precisión el estado del núcleo interno. Sabemos que existe un núcleo exterior fluido, pero lo que abarca sigue siendo objeto de debate. Los modelos de un núcleo interno sólido y de un núcleo totalmente fluido funcionan igual de bien con los datos del Apolo.

Para averiguarlo de una vez por todas, Briaud y sus colegas recopilaron datos de misiones espaciales y experimentos de teledetección láser lunar para elaborar un perfil de diversas características lunares. Entre ellas, el grado de deformación por su interacción gravitatoria con la Tierra, la variación de su distancia a la Tierra y su densidad.

A continuación, realizaron modelos con distintos tipos de núcleo para determinar cuál se ajustaba mejor a los datos de observación.Se obtuvieron varias conclusiones interesantes. En primer lugar, los modelos que más se asemejaban a lo que conocemos de la Luna describen un vuelco activo en las profundidades del manto lunar. Esto significa que el material más denso del interior de la Luna cae hacia el centro y el menos denso asciende hacia arriba. Esta actividad se ha propuesto desde hace tiempo como una forma de explicar la presencia de ciertos elementos en las regiones volcánicas de la Luna. La investigación del equipo añade otro punto en el recuento de pruebas «a favor».

Y es que el núcleo lunar es muy similar al de la Tierra, con una capa externa fluida y un núcleo interno sólido. Según sus modelos, el núcleo exterior tiene un radio de unos 362 kilómetros y el interior de unos 258 kilómetros. Esto equivale al 15% del radio total de la Luna.

El equipo descubrió que el núcleo interno también tiene una densidad de unos 7.822 kilogramos por metro cúbico. Eso está muy cerca de la densidad del hierro.

Curiosamente, en 2011 un equipo dirigido por la científica planetaria del Marshall de la NASA Renee Weber encontró un resultado similar utilizando lo que entonces eran técnicas sismológicas de última generación sobre datos del Apolo para estudiar el núcleo lunar. Encontraron pruebas de un núcleo interno sólido con un radio de unos 240 kilómetros y una densidad de unos 8.000 kilogramos por metro cúbico.

Según Briaud y su equipo, sus resultados confirman los hallazgos anteriores y constituyen un argumento bastante sólido a favor de un núcleo lunar similar al de la Tierra. Y esto tiene algunas implicaciones interesantes para la evolución de la Luna.

Sabemos que poco después de formarse, la Luna tenía un potente campo magnético, que empezó a disminuir hace unos 3.200 millones de años. Dicho campo magnético se genera por el movimiento y la convección en el núcleo, por lo que de qué está hecho el núcleo lunar es profundamente relevante para saber cómo y por qué desapareció el campo magnético.

Dada la esperanza de la humanidad de volver a la Luna en un plazo relativamente corto, quizá no tengamos que esperar mucho para verificar sísmicamente estos hallazgos.

REFERENCIA

The lunar solid inner core and the mantle overturn

Amina Jover

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