Convivimos con un ejército de minuscularidades. El colchón de una cama común es el hogar de casi dos millones de ácaros microscópicos. Y no solo la cama, el mundo que tocamos y respiramos está poblado de microorganismos, muchos de ellos aún desconocidos.
Casi todos los seres vivos son muy pequeños. Sería una pesadilla poder observar el universo microscópico. Y más si somos conscientes de que en la noche, mientras dormimos, ese ejército de un millón de seres invisibles a nuestros ojos se alimentan de los copos de nuestra piel, desprendidos cada vez que giramos de un lado a otro buscando el confort apacible del sueño.
Sólo en tu almohada puede haber 40.000 ácaros. Por mucho que cambies las sábanas, o la funda de la almohada, no habrás acabado con ellos.
Si la almohada tiene seis años, que parece ser la edad media de una almohada, se ha calculado que una décima parte de su peso estará compuesta de piel desprendida de nuestro cuerpo, más los ácaros bien alimentados, y, sentimos ser tan claros, todos sus excrementos.
El cálculo lo hizo el doctor John Maunder, del Centro Médico Entomológico Británico. Según Maunder, el mayor uso de detergentes de lavadora y lavar a bajas temperaturas ha estimulado la proliferanción de bichos en nuestro lecho. Según Maunder: «Si lavas la ropa con parásitos a bajas temperaturas, lo único que consigues son parásitos más limpios».
Estos ácaros llevan con nosotros desde que el mundo es mundo, pero no pudieron observarse hasta 1965, más o menos cuando se inventó la TV en color.
En un puñado de tierra del bosque, se calcula que hay 10.000 millones de bacterias, casi todas desconocidas por la ciencia
Apenas tenemos conocimiento de la mayor parte del resto del mundo a pequeña escala. En un puñado de tierra del bosque, se calcula que hay 10.000 millones de bacterias, casi todas desconocidas por la ciencia.
Esa muestra contendrá también un millón de levaduras, unos 200.000 hongos conocidos como mohos, tal vez 10.000 protozoos, de los que el más conocido es la ameba, y diversos rotíferos, platelmintos, metelmintos y otras criaturas microscópicas, conocidas como criptozoos, gran parte de ellos son totalmente desconocidos.
Para saber más:
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