Un radiotelescopio situado en el interior de Australia Occidental ha observado un fenómeno cósmico fantasmagórico con un sorprendente parecido a una medusa.
El origen de la medusa, cuyo diámetro es de más de un tercio el de la Luna, podría estar en el plasma procedente de agujeros negros supermasivos.
El equipo australiano-italiano utilizaba el telescopio Murchison Widefield Array (MWA) para observar un cúmulo de galaxias conocido como Abell 2877 cuando se encontraron con una formación «fantasmagórica», en palabras del investigador principal, «extraordinariamente parecida a una medusa».
Torrance Hodgson, del Centro Internacional de Investigación en Radioastronomía (ICRAR) en Perth, explica que el equipo observó el cúmulo durante 12 horas en cinco frecuencias de radio distintas, entre 87,5 y 215,5 megahercios cuando apareció la extraña formación que parece una medusa.
“Informamos sobre el descubrimiento de una misteriosa fuente de sincrotrón de espectro ultra-estrecho (USS). La fuente tiene una anchura de aproximadamente 370 kpc y tiene un extraño parecido a una medusa con dos picos de emisión y largos tentáculos que descienden hacia el sur, hacia el centro del cúmulo”, así comienza el artículo científico publicado en The Astrophysical Journal.
«Observamos los datos y, al bajar la frecuencia, vimos que empezaba a surgir una estructura fantasmal parecida a una medusa», explica Hodgson.
Este vídeo muestra la formación de la medusa USS observada en el cúmulo de estrellas Abell 2877.
«La formación tiene propiedades extraordinarias. Es muy brillante en las frecuencias de radio FM normales, sin embargo, a 200 MHz la prácticamente desaparece”, continua Hodgson. «No se ha observado ninguna otra emisión extragaláctica como ésta que desaparezca tan rápidamente».
La explicación de este espectro excepcionalmente abrupto ha sido un reto. «Hemos tenido que hacer algo de arqueología cósmica para entender la historia de fondo de la medusa «, dijo Hodgson.
«Nuestra teoría es que hace unos 2.000 millones de años, un puñado de agujeros negros supermasivos de múltiples galaxias arrojaron potentes chorros de plasma. Este plasma se desvaneció, se silenció y permaneció inactivo. Entonces, hace muy poco, ocurrieron dos cosas: el plasma empezó a mezclarse al mismo tiempo que ondas de choque muy suaves atravesaban el sistema. Esto ha reavivado brevemente el plasma, iluminando la medusa y sus tentáculos para que podamos verlos».
La medusa tiene más de un tercio del diámetro de la Luna cuando se observa desde la Tierra, pero sólo puede verse con radiotelescopios de baja frecuencia.
«La mayoría de los radiotelescopios no pueden lograr observaciones tan bajas debido a su diseño o ubicación», dijo Hodgson.
El MWA -precursor del Square Kilometre Array (SKA)- está situado en el Observatorio Radioastronómico Murchison del CSIRO, en la remota Australia Occidental.
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