Todos los datos indican que Marte tuvo un día ríos y lagos en su superficie. El rover de la NASA, Perseverance, recorre uno de ellos
La imagen superior, en falso color, la tomó la cámara Mastcam-Z del rover Perseverance de la NASA. Se trata de un escarpe, una vertiente de roca que corta el terreno abruptamente, y que está relativamente cercana. Es muy probable que conserve sedimentos de lagos antiguos.
Hoy Marte es un desierto seco y polvoriento infernal. Las tormentas de polvo ensombrecen absolutamente al Sol, llevando la oscuridad al planeta en pleno día.
Por hacernos una idea de lo que ocurre en su superficie, en una semana, una tormenta de polvo cubrió un área similar a todo el continente americano.
Todas las pistas que llegan de Marte le confieren un pasado inundado en agua. La erosión de la tierra en las proximidades de Perseverance también parecen claras señales de que un día el Planeta Rojo recogió ríos y lagos. La imagen superior, de un montículo que se eleva desde el suelo del cráter que merodea el rover de la NASA fue tomada con la cámara Mastcam-Z de Perseverance el 22 de febrero.
“Muchos de nosotros esperábamos que estos afloramientos fueran bastante poco interesantes, basados en datos orbitales”, dice Stack Morgan. Pero las imágenes desde el suelo mostraban hermosas capas, como las que se encontrarían en un depósito en las profundidades de un lago.
“No esperábamos encontrarlos aquí, pero tal vez estén justo al lado de nuestro lugar de aterrizaje”, dice. Estos afloramientos podrían ser restos del borde del lago que solía llenar el cráter marciano Jezero o podrían representar un lago aún más antiguo que fue reemplazado.
Jezero, un cráter de impacto de unos 45 kilómetros de diámetro situado en el hemisferio norte del planeta, se formó hace unos 4.000 millones de años. Se llenó de detritos volcánicos, y cuando Marte tuvo agua en su superficie, dos canales rompieron hasta convertirlo en un lago. 500 años más tarde, el agua líquida y gran parte del hielo desaparecieron del planeta rojo y Jezero quedó convertido en un lecho lacustre seco.
Durante décadas, los científicos han creído que debajo de los casquetes polares de Marte hay agua, al igual que aquí en la Tierra. En 2020, un equipo de científicos observó algo extraño en los datos recogidos por MARSIS, la sonda de radar acoplada a Mars Express. Bajo el casquete polar sur de Marte, había una región que reflejaba fuertemente la señal del radar. El equipo descubrió que se trataba de una gran bolsa de agua líquida, un lago subterráneo.
Si estos lagos fueran restos de agua que alguna vez estuvo en la superficie, podrían haber albergado vida alguna vez y conservarla enterrada, protegida del inclemente mundo exterior que es Marte.
MARSIS detectó “puntos brillantes” bajo el polo sur de Marte y la hipótesis que se barajó fue que se trataba de lagos subterráneos de agua salada líquida.
Tras analizarlos, han encontrado que se trata de arcilla congelada, concretamente, silicatos de aluminio hidratados, o minerales de esmectita, según el estudio publicado en Geophysical Research Letters.
Ha sido el primer trabajo que demuestra que otro material, y no agua, es la causa más probable de las observaciones, según el líder de la investigación, Isaac Smith, del Instituto de Ciencias Planetarias y de la Universidad de York, en Canadá.
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