El cometa responsable de las Perseidas, las estrellas fugaces que encienden el cielo de agosto, está considerado el objeto más peligroso conocido por la humanidad
(La imagen superior muestra el cometa fotografiado el 4 de abril de 1892 (arriba) y el 6 de abril de 1892 (abajo), y se aprecia el rastro que deja en su camino, que es el que genera las Perseidas)
Que las estrellas fugaces no son estrellas es una de esas decepciones con las que hay que vivir. Aunque la explicación a por qué se encienden diásporas de luz en el cielo de agosto año tras año, encierra un sinfín de fascinaciones, entre ellas, que el cometa responsable de las Perseidas está considerado el objeto más peligroso conocido por la humanidad.
Antes de dar paso a Swift-Tuttle, hay que reconocerle que le debemos que millones de personas en el mundo, en estas fechas, observen el cielo agotado de verano y pidan un deseo. Quizá que acaben los incendios que derriten el Mediterráneo, quizá deseos más domésticos. Entre las maravillosas historias que seguramente no sean ciertas (aunque deberían), cuentan que Claudio Ptolomeo, el astrónomo griego del año 1oo d.C, fue quien disparó la costumbre de pedir deseos a las estrellas fugaces. La estrella fugaz era la muestra de que el cielo se abría, apenas un segundo, y en ese tiempo el mensaje podía llegar a los dioses del Olimpo. Para eso, el deseo tenía que realizarse antes de que la estrella se apagara. Esta es solo una de las muchas, muchísimas leyendas tras la razón por la que las Perseidas reúnen deseos, sueños de amor, de gloria, y de los que permiten pagar el recibo de la luz (más por las nubes que nunca).
Lo que no es leyenda es que en estas fechas vivimos uno de los mayores espectáculos nocturnos del año. Las Perseidas no se las debemos a los dioses, se las debemos a un cometa.
El cometa Swift-Tuttle, formalmente 109P / Swift-Tuttle, es un cometa enorme y helado en una órbita de 133 años alrededor del Sol, y la razón de las espectaculares lluvias de meteoros Perseidas anuales en la Tierra.
Tiene un núcleo de 26 km de diámetro, dos veces y media más grande que el asteroide que acabó con los dinosaurios, y viaja cuatro veces más rápido. A día de hoy, se considera el objeto más peligroso conocido por la Humanidad.
Las inocentes estrellas fugaces. En su inalterable viaje alrededor del Sol, la Tierra, la nave en la que viajamos, cruza cada año una zona del cielo por donde antes ha pasado Swift-Tuttle, y se encuentra con sus “escombros”, restos de polvo de la cola del cometa.
Una vez al año, la Tierra atraviesa una sección de la cola del cometa Swift-Tuttle, una nube de partículas, la mayoría de las cuales ha estado en esta formación durante mil años. A medida que estas pequeñas partículas entran en la atmósfera de la Tierra a velocidades extremadamente rápidas, se queman, lo que resulta en el maravilloso espectáculo de una lluvia de meteoritos.
Estas partículas se desprenden del cometa al pasar por el Sistema Solar interior, como la trayectoria de esas partículas cruza la orbita de la Tierra, ocurren en fechas específicas del año, y generalmente llevan el nombre de la constelación de donde parecen provenir- Las perseidas tienen su punto de donde parecen llegar, llamado radiante, en la constelación de Perseo.
El cometa Swift-Tuttle tiene un núcleo de 26 km de diámetro, dos veces y media más grande que el asteroide que acabó con los dinosaurios, y viaja cuatro veces más rápido
El cometa responsable de la lluvia de meteoros de las Perseidas podría impactar contra la Tierra, y provocar un daño devastador, pero dentro de 2.400 años con un impacto equivalente a 20 millones de bombas de hidrógeno-
Los cálculos de la órbita del cometa Swift-Tuttle muestran que la Tierra está ‘100% segura’ durante 2000 años. Pero, en el año 4.479, su órbita lo traerá ‘peligrosamente cerca’ de nuestro planeta. Las posibilidades de que golpee la Tierra son extremadamente bajas, con un 99,9999% de probabilidad de que falle. Pero, una ‘patada gravitacional’ de Júpiter podría enviarlo a toda velocidad hacia la Tierra.
Si bien la probabilidad de que se estrelle contra la Tierra es mínima, los expertos dicen que existe una pequeña posibilidad de que su órbita sea compensada por una ‘patada gravitacional’ de Júpiter, causando un impacto con 30 veces la energía que mató a los dinosaurios. Si impactara, podría provocar la peor extinción masiva que la Tierra haya visto en cientos de millones de años.
El cometa se mueve cuatro veces más rápido que el asteroide que causó la extinción de más del 70% de las especies en el Cretácico, el que impactó en la hoy conocida como península de Yucatán, el que se considera responsable de la extinción de los dinosaurios. El impacto del cometa responsable de las Perseidas liberaría 28 veces más energía, el equivalente a la explosión de 20.000.000 de bombas de hidrógeno.
Esto significara que las Perseidas dejarían de alumbrar los deseos de los humanos del futuro. Mientras tanto, esta noche, pidamos el nuestro, se abran o no los cielos.
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