La NASA prueba un saco de dormir de alta tecnología para misiones espaciales de larga duración. Está diseñado para resolver problemas de salud derivados de la vida en ingravidez
El saco de dormir diseñado por la NASA soluciona uno de los mayores problemas de salud de la exploración espacial en misiones de larga duración
El voluntario de la fotografía se llama James Leidner y, para probar el saco de dormir hiper tecnológico que han desarrollado en la NASA, pasó tres noches en su interior.
El saco de dormir ejerce un sofisticado sistema de presiones sobre el cuerpo dormido. Atrae los fluidos de la parte inferior, piernas y pies, y los libera del cerebro.
La NASA espera que los astronautas puedan usar el saco en el espacio para aliviar los problemas de visión que suelen sufrir durante misiones muy largas.
Durante 72 horas seguidas, el voluntario del estudio yació en una cama en el centro médico UT Southwestern. Por la noche los investigadores colocaban la parte inferior de su cuerpo en un saco de dormir sellado y equipado para generar el vacío en su interior. En esas condiciones, ejerce presión para atraer los fluidos corporales que de forma natural fluiría hacia la cabeza mientras el astronauta se encuentra en decúbito supino. .
Una nueva investigación publicada en JAMA Ophthalmology muestra que al succionar estos fluidos y descargar la presión cerebral , el saco de dormir especialmente diseñado puede prevenir los problemas de visión que los astronautas padecen en el espacio , donde los fluidos flotan en la cabeza y continuamente empujan y remodelan la parte posterior del globo ocular.
Este sigue siendo uno de los mayores dilemas de salud de la exploración espacial humana. Pero los hallazgos de UT Southwestern, el centro médico elegido por la NASA para probar el saco de dormir, sugieren que han encontrado una solución.
Las estancias de larga duración en microgravedad, generan a menudo un daño ocular en los astronautas que previsiblemente sería muy grave en misiones de larga duración.
«No sabemos qué consecuencias podría tener en una misión a Marte de dos años», comenta Benjamin Levine, MD, cardiólogo de UT Southwestern que está ayudando a la NASA a abordar los riesgos para la salud de la presión cerebral y la sangre en el espacio. «Sería un desastre si los astronautas tuvieran discapacidades tan graves que no pudieran ver lo que están haciendo y eso comprometiera la misión».
La NASA espera que el saco de dormir pueda abordar un trastorno llamado síndrome neuroocular asociado a los vuelos espaciales, o SANS. La afección se caracteriza por un aplanamiento progresivo del globo ocular, inflamación del nervio óptico y deterioro de la visión.
SANS no es un problema en la Tierra, donde la gravedad empuja los fluidos hacia las zonas bajas del cuerpo, y libera la presión en el interior del cerebro, cada vez que una persona se levanta de la cama.
En el espacio, la falta de gravedad impide este proceso de descarga diario, y la consecuencia es que gran cantidad de fluidos corporales se acumulan en la cabeza y ejercen presión al globo ocular.
La NASA ha documentado problemas de visión en más de la mitad de los astronautas que permanecieron durante al menos seis meses en la Estación Espacial Internacional. Algunos tenían dificultades para leer y, a veces, necesitaban compañeros de tripulación para ayudar en los experimentos.
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