El sonido que vas a escuchar es el que genera un agujero negro supermasivo en el cumulo de galaxias de Perseo. Está amplificado en frecuencias 288 cuatrillones de veces más altas que su frecuencia original. El resultado es aterrador.
Son las bestias cósmicas más populares, los agujeros negros. Su gravedad es tan intensa que ni siquiera la luz puede escapar de ellos. Se forman cuando los núcleos de estrellas muy masivas se quedan sin combustible y colapsan por su propio peso, comprimiendo grandes cantidades de materia en un espacio diminuto.
Los agujeros negros supermasivos, con masas de miles de millones de veces la del Sol, se pueden encontrar en los centros de la mayoría de las grandes galaxias. La nuestra, la Vía Láctea, contiene en su centro un agujero negro supermasivo, Sagitario A*, pesa alrededor de 4 millones de masas solares.
Desde que se localizó, en el año 2003, el agujero negro situado en el centro del cúmulo de galaxias de Perseo se ha asociado con el sonido. Los astrónomos descubrieron que las ondas de presión generadas por el agujero negro provocaban ondulaciones en el gas caliente del cúmulo que podían traducirse en una nota -una que los humanos no pueden oír, unas 57 octavas por debajo del Do menor -.
Ahora, una nueva sonificación le ha puesto más notas a las vibraciones que genera el agujero negro de Perseo. Esta nueva sonificación -es decir, la traducción de los datos astronómicos en sonido- se lanza con motivo de la Semana del Agujero Negro de la NASA de este año.
En cierto modo, esta sonificación no se parece a ninguna otra realizada antes porque revisa las ondas sonoras reales descubiertas en los datos del observatorio de rayos X Chandra de la NASA. La idea errónea de que no hay sonido en el espacio tiene su origen en el hecho de que la mayor parte del espacio es esencialmente vacío, que no proporciona ningún medio para que las ondas sonoras se propaguen. En cambio, un cúmulo de galaxias contiene grandes cantidades de gas que envuelven a los cientos o incluso miles de galaxias que lo componen, proporcionando un medio para que las ondas sonoras viajen.
En esta nueva sonificación de Perseo, las ondas sonoras identificadas previamente por los astrónomos fueron extraídas y hechas audibles por primera vez. Las ondas sonoras se extrajeron en dirección radial, es decir, hacia fuera del centro. A continuación, las señales se resintetizaron en el rango de la audición humana escalándolas hacia arriba en 57 y 58 octavas por encima de su tono real.
Otra forma de decirlo es que se escuchan 144 cuatrillones y 288 cuatrillones de veces más altas que su frecuencia original. (Un cuatrillón es 1.000.000.000.000.)
Crédito: NASA/CXC/SAO/K.Arcand, SYSTEM Sounds (M. Russo, A. Santaguida)
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