Una mirada al universo con el Telescopio Espacial James Webb revela sorpresas: incluso en las condiciones más adversas, los planetas rocosos podrían estar formándose
Un equipo internacional de astrónomos ha utilizado el Telescopio Espacial James Webb de la NASA para observar por primera vez agua y otras moléculas en las regiones internas, altamente irradiadas y propicias para la formación de planetas rocosos, de un disco en uno de los ambientes más extremos de nuestra galaxia. Este hallazgo forma parte de los primeros resultados del programa eXtreme Ultraviolet Environments (XUE) del Telescopio James Webb, que se centra en la caracterización de discos formadores de planetas en regiones masivas de formación estelar.
El programa XUE se enfoca en 15 discos en tres áreas de la Nebulosa de la Langosta (también conocida como NGC 6357), una gran nebulosa de emisión situada a unos 5.500 años luz de la Tierra en la constelación de Escorpio. Esta nebulosa es uno de los complejos de formación estelar masiva más jóvenes y cercanos, y alberga algunas de las estrellas más masivas de nuestra galaxia.
Los astrónomos tienen como objetivo caracterizar las propiedades físicas y la composición química de las regiones formadoras de planetas rocosos de los discos en la Nebulosa de la Langosta, utilizando el Espectrómetro de Resolución Media en el Instrumento de Infrarrojo Medio (MIRI) de Webb. Este primer resultado se centra en el disco protoplanetario llamado XUE 1, que se encuentra en el cúmulo estelar Pismis 24.
A pesar de estar constantemente expuesto a altas cantidades de radiación ultravioleta, en este entorno extremo el equipo detectó una gama de moléculas que son los bloques de construcción de los planetas rocosos. «El disco interno alrededor de XUE 1 es sorprendentemente similar a los de las regiones cercanas de formación estelar», comentó Rens Waters de la Universidad de Radboud en los Países Bajos. Se detectaron agua y otras moléculas como monóxido de carbono, dióxido de carbono, cianuro de hidrógeno y acetileno, aunque la emisión encontrada fue más débil de lo que algunos modelos habían predicho.
Estos resultados son alentadores para la formación de planetas rocosos, ya que las condiciones en el disco interno se asemejan a las encontradas en los discos bien estudiados ubicados en regiones cercanas de formación estelar, donde solo se forman estrellas de baja masa. Esto sugiere que los planetas rocosos pueden formarse en un rango de entornos mucho más amplio de lo que se creía anteriormente.
REFERENCIAS
XUE: Molecular Inventory in the Inner Region of an Extremely Irradiated Protoplanetary Disk, publicado en The Astrophysical Journal
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