Los primeros Homo sapiens y sus primos neandertales comenzaron a enterrar a sus muertos aproximadamente al mismo tiempo y en el mismo lugar, hace unos 120.000 años
Esto sugiere que ambas especies podrían haber compartido, al menos en parte, una cultura común en esa época.
Un nuevo estudio de estos antiguos sitios de enterramiento en la región del Levante, en Asia occidental, revela otras similitudes y diferencias en cómo estos dos grupos de humanos cercanamente relacionados enterraban a sus muertos.
Al encontrar que varios de estos sitios datan de una época anterior a otros enterramientos neandertales en Europa y a los enterramientos de Homo sapiens en África, el estudio sugiere que aquí podría haber comenzado la práctica de enterrar a los muertos.
Según los investigadores de la Universidad de Tel Aviv y la Universidad de Haifa en Israel, los 17 sitios de neandertales y los 15 sitios de Homo sapiens muestran que, además de un cierto trasfondo cultural común, podría haber habido también competencia.
“Hipotetizamos que la creciente frecuencia de enterramientos por parte de estas dos poblaciones en Asia occidental está vinculada a la competencia intensificada por los recursos y el espacio resultante de la llegada de estas poblaciones”, escriben los investigadores en su artículo publicado.
La diferencia entre cuerpos enterrados intencionalmente y huesos que han sido cubiertos por los elementos donde caen no siempre es clara. Los investigadores buscaron posiciones esqueléticas distintivas, bienes funerarios o marcadores, y evidencia de excavación para llegar a sus conclusiones.
Descubrieron que tanto los neandertales como los H. sapiens enterraban a personas de cualquier edad, aunque las muertes infantiles eran más comunes entre los neandertales. Ambos grupos también incluían una variedad de objetos en las tumbas, como pequeñas piedras, huesos de animales o cuernos.
Sin embargo, los neandertales tendían a enterrar a sus muertos más profundamente en las cuevas, mientras que los H. sapiens los enterraban en las entradas de las cuevas o en refugios rocosos. Además, los esqueletos de H. sapiens solían estar en una posición similar a la fetal, mientras que los esqueletos de neandertales se descubrieron en diversas posiciones.
Las diferencias no terminan ahí. Las sepulturas neandertales hacían un mayor uso de rocas –quizás como piedras funerarias rudimentarias– mientras que las sepulturas de H. sapiens incluían más elementos decorativos, como ocre y conchas, que los neandertales no utilizaban.
“Si bien los neandertales y los Homo sapiens comparten muchos aspectos de su cultura material al punto de que no pueden distinguirse, cuando se trata de enterramientos la imagen es más complicada”, escriben los investigadores.
Aunque hubo cierta presión poblacional durante el Paleolítico Medio, con ambos grupos de homínidos llegando al Levante en tiempos similares, los investigadores creen que eso solo explica parcialmente la introducción repentina de los enterramientos.
También es importante destacar que después de que los neandertales se extinguieron hace unos 50,000 años, los enterramientos humanos parecieron detenerse en esta parte del mundo durante decenas de miles de años, otro punto de datos intrigante que merece investigación adicional.
“El próximo brote de enterramientos en el Levante apareció al final del Paleolítico, acompañando a la sociedad sedentaria temprana y a los últimos cazadores-recolectores – los natufienses”, escriben los investigadores.
REFERENCIA
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