¿Quién conduce los safety car de la Fórmula 1?

Cada vez que hay un incidente en la Fórmula 1, aparecen en pista unos Mercedes Benz que tratan de devolver la calma al circuito. Son los safety car, los coches de seguridad. Pero ¿quién conduce estas máquinas capaces de superar los 300 km/h?

Cualquier aficionado a la Fórmula 1 ha visto el safety car en acción. Prácticamente sale al circuito en cada Gran Premio, cada vez que se produce un incidente que pone en riesgo el desarrollo de la prueba. Su misión es la de ralentizar la competición pero sin llegar a detener la marcha de los vehículos para que los neumáticos, el aceite, etc. se mantengan en condiciones óptimas. Más de un amante del mundo del motor daría algo por tener el privilegio de estar al volante de uno de estos coches. Pero, en realidad, ¿quién es el encargado de esta responsabilidad? ¿Quién conduce el safety car?

Para los fabricantes de coches el safety car es una herramienta extraordinaria de marketing. Asociar su imagen al mundo de la competición les permite vincular su marca a la innovación y la tecnología y transferir a los coches de calle todo el conocimiento adquirido en las carreras. Solo unos cuantos elegidos pueden ponerse al volante de estos coches. Y eso quiere decir pilotos profesionales que se mantienen en activo. Son corredores que conocen bien el campeonato, la normativa, qué hacer en una situación imprevista. Para ellos también es un orgullo ser los conductores de un safety car.

Un viejo conocido

Desde el año 2000, el safety car de Mercedes lo conduce Bernd Mayländer, un veterano en muchos circuitos. Corrió en la Fórmula Ford, la Copa Porsche Carrera y el Deutsche Tourenwagen Meisterschaft originario. Ganó también las 24 Horas de Nürburgring antes de que Mercedes llamara a su puerta para ofrecerle este trabajo, en el que lleva más de 20 años.

Ahora, conduce uno de esos coches que enamorarían a cualquier aficionado, un Mercedes AMG GT Black Series del que apenas se han construido unas decenas de unidades. Alcanza una velocidad superior a los 300 km/h y su precio está por encima de los 300.000 euros. La mayoría de nosotros jamás nos lo podremos comprar, pero lo que sí está a nuestro alcance es imaginar que somos Mayländer cada vez que vemos este Mercedes en pista.