El McLaren 720S tarda en alcanzar los 200 km/h lo mismo que muchos modelos con pretensiones emplean en llegar a los 100
McLaren y los circuitos de carreras son dos conceptos inseparables. Pero la marca es más que eso. Es también una firma que fabrica vehículos de calle si por eso se entiende un coche de más de 700 caballos. El McLaren 720S es su modelo “más accesible”. QUO ha tenido la oportunidad de ponerse a los mandos de este coche de carreras con matrícula que vale 313.000 euros.
¿Qué se siente?
Al arrancarlo, su motor V8 de 4.0 litros sobre un bloque de aluminio y doble turbocompresor ruge y da una idea de lo que es capaz de hacer. Y eso se traduce en una aceleración de 0-100 en 2,9 segundos o 0-200 en 7,8 s. Tarda en alcanzar los 200 km/h lo mismo que muchos modelos con pretensiones emplean en llegar a los 100.Una de las claves está en la relación peso/potencia que ofrece el McLaren 720S o, mejor dicho, en su chasis de fibra de carbono.
El visionario John Barnard
Fue McLaren la primera escudería que en 1979, gracias al impulso del ingeniero británico John Barnard, apostó por este material cuando apenas había empezado a dar sus primeros pasos en la industria aeroespacial. Barnard sabía que utilizándolo podría reducir sensiblemente el peso de los monoplazas sin perder resistencia. Convencer de su idea a Ron Denis, jefe en ese momento del equipo McLaren de F1, no fue difícil. Tampoco a los responsables de la British Aerospace, a pesar de su extrañeza, cuando Barnard les pidió usar sus autoclaves para construir un chasis monocasco de fibra de carbono. El resto, como se suele decir, es historia, pero historia de la buena porque el McLaren 720S hereda todo eso que la marca ha ido aprendiendo y desarrollando en el mundo de la competición, concretamente en su división McLaren Racing fundada en 1963 por el piloto neozelandés Bruce McLaren.
El McLaren 720S es un superdeportivo de dos plazas exagerado y con todos los ingredientes para no pasar desapercibido. Y eso implica llevar discos de freno carbocerámicos de gran diámetro
Más tarde, en 1992, la casa sentó las bases de McLaren Automotive para producir coches deportivos de alta gama y, lo más importante, matriculables. El primero “de calle” que salió de sus instalaciones en Woking, en el condado de Surrey, al sur de Inglaterra fue el McLaren modelo F1. Después llegaron el McLaren MP4-12C, el 650S y el 720S, entre otros.
Algo más que caprichito
El McLaren 720S es un superdeportivo de dos plazas exagerado y con todos los ingredientes para no pasar desapercibido. Y eso implica llevar discos de freno carbocerámicos de gran diámetro para contener a la fiera. ¿Postureo? No, disipan mejor el calor, son menos propensos a sufrir degradación en condiciones de conducción exigentes, contribuyen a reducir el peso no suspendido del vehículo y favorecen la capacidad de aceleración porque son muy ligeros. El conjunto se completa con lo que ellos llaman un aerofreno o, lo que es lo mismo, un alerón que se despliega en determinadas condiciones –también se puede activar manualmente– para evitar turbulencias en la zaga y mantener el coche pegado al asfalto.
Un golpe de efecto
Si el McLaren es un coche llamativo, más lo es cuando se abren las puertas. Lo hacen en forma de tijera con un ángulo de 70º para favorecer la entrada al interior del coche, algo no desdeñable teniendo en cuenta que la altura del McLaren 720S es de solo 120 m (un Mercedes Clase G mide casi 2 m). Para facilitar la operación de apertura y cierre las puertas están dotadas de un amortiguador. El primer coche que utilizó este sistema fue el Alfa Romeo 33 Stradale que se presentó en el Salón del Automóvil de Turín en 1967. Desde entonces muchos deportivos han recurrido a él como el Lamborghini Aventador y el BMW i8, entre otros.
Una vez dentro, el McLaren 720S es como una espera que sea. Asientos tipo bacquet envolventes tapizados en cuero y poco espacio. Como superdeportivo que es, ofrece la posibilidad de regular el control electrónico de estabilidad para derrapar en esas tandas de circuito que este coche invita a hacer. En esos casos, lo mejor es seleccionar la opción “Track” –también están el modo deportivo y convencional– para que ajuste todos los parámetros a la demanda que vamos a realizar. Ahí, el cuadro de instrumentación gira 90º automáticamente sobre sí mismo y solo permite ver una delgada línea en la que muestra la marcha en la que se está circulando, el velocímetro y el cuentarrevoluciones. ¿La razón? Que el conductor, mejor llamarlo piloto llegados a este punto, no se distraiga con nada que no sea el trazado del circuito.
El McLaren es alta tecnología en estado puro, pasión y prestaciones. En él no encontrarás sensores de marcha atrás ni volante calefactado de serie, pero ¿realmente eso importa cuando se tiene entre las manos un vehículo capaz de hacer el 0-100 en solo 2,9 segundos?
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