Cuando el Volkswagen Golf se lanzó en 1974, los mensajes publicitarios de las marcas de coches obviaban aspectos hoy básicos como la conectividad y la seguridad
El Volkswagen Golf cumple 50 años. Pocos coches pueden presumir de haberse estado vendiendo ininterrumpidamente durante medio siglo. Apenas el Seat Ibiza, el Toyota Corolla y poco más. Cuando se lanzaron, a mediados de los 70, ni el parque automovilístico estaba tan concurrido como lo está hoy ni la publicidad transmitía los mismos mensajes que ahora.
El Volkswagen Golf ha supuesto para el sector el automóvil lo mismo que The Beatles para el de la música.
EL VW Golf arrancó con una campaña mediática rompedora. El propio concepto de coche lo era. Abandonaba las formas redondeadas del momento, apostaba por las cuatro puertas y un tamaño contenido. Nada que ver con el VW Beetle al que pretendía dar reemplazo. Con el Golf, Volkswagen daba un paso adelante y lograba democratizar no solo la inyección directa de gasolina, sino muchos de los avances tecnológicos de marcas premium. Pero, sobre todo, el Golf transmitía –y transmite– dinamismo y prestaciones. La campaña publicitaria del momento lo reflejaba con eslóganes como “Le enseñamos un Golf GTi por delante porque siempre lo verá por detrás” y mensajes parecidos.
Algo pasó en los ochenta
En la década de los ochenta, los fabricantes cambiaron sus mensajes publicitarios y empezaron a introducir elementos como el estatus y el éxito social. Los anuncios de entonces mostraban a conductores de alto nivel adquisitivo junto a bonitas viviendas unifamiliares. La estrategia cambió en los noventa, cuando la seguridad se convirtió en una de las grandes protagonistas de las campañas junto con la preocupación por el medio ambiente.
En los primeros años del siglo XXI las marcas enfocaron su línea de comunicación hacia las opciones de personalización que ofrecían sus modelos. Fue la época de la customización, de la necesidad de sentirse diferente en un mercado en el que el diseño se veía lastrado por las exigencias aerodinámicas.
Culto al chip
A partir de 2010, una vez alcanzados los objetivos de seguridad y prestaciones, la tecnología y la conectividad, junto con los sistemas de iluminación, han ocupado las primeras posiciones en los mensajes de las marcas. El Volkswagen Golf 50th aniversario que ahora se pone a la venta refuerza esta estrategia con una gran pantalla en el centro del salpicadero y un software con unas posibilidades que nadie se atrevía ni siquiera a imaginar cuando se lanzó el modelo del 74. Entonces, el logo metálico apenas se distinguía en la calandra. Hoy está iluminado en claro guiño de complicidad a los modelos eléctricos de la casa porque si algo tiene este coche es que siempre ha sabido ofrecer al mercado justo lo que necesitaba en cada momento. Al fin y al cabo, el Volkswagen Golf ha supuesto para el sector el automóvil lo mismo que The Beatles para el de la música.
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