El primer dato que permite sospechar su potencial son los seis u ocho millones de toneladas de desecho que genera cada la industria alimentaria de los cangrejos, camarones y cáscara de langosta. Dependiendo del país, estas sobras a menudo vuelven al océano o acaban en los vertederos donde la basura plástica se va acumulando de una manera implacable. Recordemos que solo el 10% de los envases de plástico se recicla con éxito y, por ejemplo, una botella de plástico puede tardar aproximadamente 450 años en descomponerse. Y eso sin mencionar el daño a las aves marinas que van tragando esa basura.
¿Y qué podrían hacer los crustáceos para mitigar el desastre? Los científicos han visto en sus conchas un componente de gran valor, la quitina. Es un polisacárido que, junto a la quitosana, ofrece muchas propiedades del plástico pero tarda solo unas semanas en biodegradarse. El desafío ahora es obtener cantidad suficiente de las conchas para conseguir un sustituto plástico biológico y rentable. En ese empeño está Mari Signum, una empresa próxima a Virginia, que ha empezado a idear formas de conseguir quitina de manera respetuosa con el medio ambiente.
La quitina se encuentra también en insectos, escamas de pescados, moluscos y hongos. Igual que la quitosana, es antibacteriana y no tóxica. Ya se usa en cosméticos, vendajes y tratamientos de agua de piscinas, pero sus aplicaciones podrían ir mucho más allá. La compañía californiana Cruz Foam está tratando de lanzar nuevos productos con ella, como tablas de surf. El cofundador de la compañía, Marco Rolandi, está convencido de que se biodegradará fácilmente, tal y como comprobó él mismo en un experimento casero.
De momento, el mayor problema es que para producir un solo kilogramo de quitina se requieren 10 kilogramos de cáscaras y un proceso químico muy costoso. Para realizar este trabajo de manera sostenible, las empresas deben invertir en reactores costosos resistentes a la corrosión, tratamiento de aguas residuales y tecnología de captura de dióxido de carbono, según un comunicado de Mari Signum.