El período Eoceno (entre 55 y 33 millones de años atrás) ha dejado un enorme impacto en la región alemana de Darmstadt. Precisamente allí quedaron importantes huellas de los ancestros de diferentes mamíferos actuales, entre ellos los de los caballos. Uno de estos antepasados fue el Eurohippus messelensi, el tatarabuelo de Babieca, pero mucho más pequeño, del tamaño de un perro. Y a él corresponde el fósil de la imagen. Los expertos, que lo han datado en 48 millones de años, han utilizado microscopía electrónica (SEM) y rayos X para analizarlo y han confirmado que en su interior también había un feto nonato. Así se afirma en un estudio publicado en Plos One, cuyas conclusiones no pueden determinar las causas de la muerte de la madre, aunque descartan que tuviera que ver con el embarazo: el feto aún no había girado hacia la posición adecuada en el canal de parto, pese a estar en las últimas etapas de desarrollo. Los autores señalan que se trata del fósil más antiguo, con un feto dentro, que se conoce hasta la fecha.
El uso de la tecnología SEM ha permitido detectar detalles hasta ahora desconocidos, como flora bacteriana petrificada presente en el tejido blando de ambos animales. A medida quese realicen nuevos análisis, más datos se podrán saber sobre este retrato de un pasado que los humanos jamás pudimos soñar.
Juan Scaliter
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