Todos parecían disfrutar de una fabulosa velada. Amigos, risas, momentos inolvidables y un orangután que se une a la fiesta de los mochileros. Incluso le invitan a comer.
Pero, como podréis ver en el vídeo, en un momento determinado uno de los presentes decide hacerse un selfie con el orangután, cuestión que a este no le gustó absolutamente nada. Tras la bofetada, (minuto 11.45 aproximadamente), el chico se echa a reír. El orangután, por su parte, se queda tan fresco como una lechuga.
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Fuente: iflscience.com
Redacción QUO