La corvina blanca, también llamada totoaba, es un pez mexicano que está en peligro de extinción. ¿La causa? Que alcanzaun precio que ronda los mil dólares el kilo en el mercado negro. El secreto de su valor reside en su vejiga, una pieza que es muy cotizada en China.
La medicina tradicional del país asiático confiere a la vejiga de este pez supuestos remedios curativos, aunque ninguna investigación científica ha avalado esas creencias. Pero, además, se considera un objeto de distinción, y algunas familias lo incluyen entre la dote de sus hijas cuando se produce una boda.
Tan valiosa se considera esta pieza que se le ha dado el apodo de «la cocaína acuática». Dicha vejiga se encuentra situada en el buche de los peces, y su función es la de ayudar a mantenerlos a flote. Pero también es la responsable del peculiar sonido que emiten al aparearse.
Para atraer a las hembras los machos tienen que realizar una especie de canto, que ha sido descrito como el más potente producido por ninguna especie de pez, y uno de los más fuertes captados bajo el agua. Una investigación del Instituto de Ciencias marinas de la Universidad de Texas midió el volumen de dicho sonido, y el resultado fue que el estruendo que producen estos peces cuando se juntan en la época de apareamiento puede alcanzar en algunos momentos los 200 decibelios, un volumen similar al de la explosión de una bomba.
Este sonido no es uniforme y, tal y como describen los investigadores, en ocasiones se asemeja al ruido de un estadio deportivo lleno de gente, y en otras a disparos de una ametralladora. Aunque hay quien también lo ha comparado con el que hace un avión al despegar. Es tan intenso que, según los investigadores puede dejar temporalmente aturdidos a otros animales como las ballenas.
Vicente Fernández López