Los biólogos marinos ya conocían la existencia de una extraña variedad de calamar llamada Discoteuthis discus pero, hasta la fecha, nunca habían podido observar un ejemplar vivo. Y, ahora, los miembros de una expedición al Golgo de México han tenido la ocasión de encontrarse cara a cara con uno deellos.
El encuentro se produjo a una profundidad superior a los 800 metros, y quienes tuvieron el privilegio de ver a esta criatura, dijeron que era tan extraña que casi no parecía un calamar. Y una de las razones de su rarísimo aspecto se debe a la postura que adoptaba para nadar.
El cuerpo del calamar estaba retorcido, casi plegado sobre sí mismo, con sus tentáculos apuntando hacia atrás (dos de ellos en posición hacia arriba, otros dos hacia abajo, y el resto pegados a su cuerpo). Y el resultado es que más que un calamar parecía un gigantesco insecto rojizo.
Fuente: Live Science.
Vicente Fernández López
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