La influencia del ser humano es baja en casi la mitad de nuestro planeta y, si actuamos rápido, aún estamos a tiempo evitar una catástrofe ecológica
La Universidad de California y National Geographic Society se unieron para investigar qué partes del planeta Tierra seguían aún libres de humanos. Después de comparar y analizar cuatro mapas sobre los usos de la tierra por el ser humano, descubrieron que entre el 48% y el 56% de la superficie terrestre presenta una baja influencia humana. Dentro de este porcentaje, entre el 20% y el 34% tenían una muy baja influencia.
Las áreas más grandes dentro de esta clasificación son: la tundra del norte de Asia y América del norte, los bosques boreales, el desierto del Sáhara y el Outback de Australia. Concretamente, la tundra y los bosques boreales son los que tienen la influencia más baja de todos. Son zonas que se caracterizan por ser más secas y frías y poco aptas para la agricultura.
Las áreas más afectadas son en aquellas donde se han construido ciudades, zonas de cultivo, explotaciones para la extracción de materiales y minas. La mayoría de ellas son zonas con un ambiente cálido.
Una manera de controlar el impacto humano sobre el planeta es, según Andrew Jacobs, autor principal del estudio, planificar el uso de la tierra identificando las localizaciones más adecuadas para la agricultura y las ciudades.
Jacobas también afirma que «el riesgo para el ser humano de sufrir enfermedades como la COVID-19 podría reducirse prohibiendo el comercio y la venta de animales salvajes, y minimizando la intrusión humana en áreas silvestres».
El objetivo de los investigadores era presentar este estudio en la próxima Conferencia Mundial sobre la Diversidad Biológica, que se iba a celebrar en China este otoño, pero debido a la pandemia de coronavirus se ha aplazado. En esta conferencia se pretenden establecer objetivos más concretos y más eficaces para la conservación de la naturaleza.
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