Los científicos de Malasia quieren clonar a Imán, el último rinoceronte de Sumatra usando células de su cadáver para recuperar la población en el país
El año pasado murió de cáncer Imán, el último rinoceronte de Sumatra que quedaba vivo en Malasia, a los 25 años. Tras su pérdida, sólo quedan 80 ejemplares de este animal en el planeta, y todos se encuentran en Indonesia.
Los investigadores de la Universidad Islámica Internacional de Malasia quieren reintroducir al rinoceronte de Sumatra en su país mediante una técnica de clonación a partir de células madre y de fecundación in vitro. Pretenden usar células de los órganos que han conservado del cadáver de Imán y de otros rinocerontes fallecidos, algo que no se había hecho hasta el momento.
Usarán la misma técnica que se utilizó con la oveja Dolly, pero en este caso será la primera vez que se clonen animales muertos
Cuando los tres últimos rinocerontes de Sumatra de Malasia murieron, los investigadores conservaron muestras de diferentes órganos como los riñones, el hígado, la piel o el corazón. El científico Muhammad Lokman y su equipo están buscando óvulos de rinocerontes africanos en el zoológico de la capital, Kuala Lumpur, para fecundarlos con estas células somáticas de los ejemplares extintos.
«Extraeremos el núcleo de estos óvulos e insertaremos el de las células somáticas. Así, el óvulo se desarrollará hasta convertirse en un embrión que transferiremos al útero de un animal subrogado. Este puede ser de otra especie de rinoceronte u otro mamífero como un caballo», explicó Lokman. Esta es la misma técnica de clonación que se utilizó para clonar a la oveja Dolly en 1997. Pero, a diferencia de esta, esta será la primera que se usa para clonar a ejemplares fallecidos.
Pretenden clonar al menos cinco o seis ejemplares para asegurar la reinserción de la especie en el país
El objetivo de los investigadores es llegar a clonar al menos a cinco o seis ejemplares para asegurar la reinserción de la especie en Malasia. Actualmente, la mayor amenaza para estos animales es la caza furtiva. Los cuernos son la parte más demandada por la medicina tradicional china. La pérdida de su hábitat es también otra de las causas que los ha llevado al borde de la extinción. Según la asociación Save the Rino, cada 10 horas se caza furtivamente a un rinoceronte en África.
Los científicos están buscando financiación para este proyecto pionero. «Necesitamos cinco millones de ringit (un millón de euros) y ya hemos recibido cerca de un millón por parte del gobierno de Malasia», afirma Muhammad Lokman, investigador del proyecto.
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