Investigadores de la Universidad de Linköping (Suecia) han encontrado la causa por la que la domesticación de los pollos provocó una disminución del tamaño de su cerebro
La reducción del tamaño del cerebro es un rasgo común en las especies domésticas cuando se compara con sus parientes silvestres
Los pollos son las aves más comunes de la Tierra, triplican la población humana. Hay 20 mil millones de individuos en el planeta criados para consumir sus huevos y su carne.
El origen de gallos y gallinas son son una especie de ave galliforme de la familia Phasianidae procedente del sudeste asiático, que originalmente se encontraban en el sudeste de Asia. El gallo silvestre fue domesticado hace, al menos, siete mil años.
Las aves elegidas para domesticar fueron aquellas que tenían menos miedo a la presencia del hombre
Los resultados del estudio actual muestran que cuando nuestros antepasados seleccionaron los individuos para la cría, se llevaron inconscientemente aves con un cerebro diferente a las que dejaron en libertad. Las aves elegidas fueron aquellas que tenían menos miedo a la presencia del hombre, según sugiere el estudio publicado en la Royal Society Open Science.
Para el estudio, los investigadores Rebecca Katajamaa y Per Jensen seleccionaron un grupo de aves silvestres, familia directa de los antepasados de los pollos, y lo hicieron como supenen que fueron seleccionados en el comienzo de la domesticación: eligiendo como padres a las aves que mostraron menos miedo a los humanos.
El experimento de cría se llevó a cabo durante 10 generaciones de pollos. Las aves que mostraron mayor miedo a los humanos fueron colocadas en un grupo de estudio distinto.
Los cerebros de las aves domesticadas se fueron reduciendo gradualmente al mismo tiempo que el tamaño corporal
Un resultado algo inesperado de la cría fue que los cerebros de las aves domesticadas se fueron reduciendo gradualmente al mismo tiempo que el tamaño corporal, lo que refleja lo que ha ocurrido con los pollos domesticados modernos.
La reducción fue particularmente pronunciada en el tronco cerebral, una parte primitiva del cerebro que está involucrada, entre otras cosas, con el estrés. El tronco cerebral era relativamente más pequeño en los animales con menos miedo.
Los científicos llevaron a cabo dos experimentos de comportamiento para determinar si la diferencia de tamaño y composición del cerebro afectaba a la capacidad de aprendizaje de las aves. Uno de los experimentos investigó la rapidez con la que las aves se acostumbraban a algo que podía ser experimentado como aterrador, pero que en realidad no era peligroso, en este caso una luz intermitente. Las aves mansas se acostumbraron y dejaron de reaccionar al estímulo mucho más rápidamente.
«Creemos que la capacidad de acostumbrarse rápidamente es beneficiosa para las aves que van a vivir entre los humanos, donde los eventos que son desconocidos y aterradores, pero no peligrosos, forman parte de la vida cotidiana», dice Rebecca Katajamaa, estudiante de doctorado en el Departamento de Física, Química y Biología de la Universidad de Linköping.
«Nuestro estudio no sólo arroja luz sobre un posible proceso por el cual los pollos – y posiblemente otras especies – se domestican. También puede dar una nueva visión de cómo la estructura del cerebro está conectada con las diferencias de comportamiento entre individuos y especies», dice Per Jensen, profesor del Departamento de Física, Química y Biología de la Universidad de Linköping.