El Mar Menor podría unirse a los espacios naturales que ya tienen personalidad jurídica, como el río Ganges en la India, el río Whanganui en Nueva Zelanda, y el lago Erie en Ohio (EE.UU)
La campaña de recogida de firmas para conseguir que se debata en el parlamento el reconocimiento de personalidad jurídica para el Mar Menor ha arrancado hoy. Tienen 6 meses para conseguir las 500.000 firmas que les faltan.
Esta propuesta sigue iniciativas que han tenido éxito en otros lugares muy castigados.
En uno de los momentos de más calor del mes de agosto de 2014, la escorrentía de fósforo contaminó el lago Erie que la ciudad de Toledo (Ohio) se quedó tres días sin agua potable. Entonces se redactó una “Declaración de derechos” de emergencia para el lago Erie. Proponían que el “ecosistema del lago Erie” tuviera personalidad jurídica, y se le deberían otorgar los derechos legales correspondientes, incluido el derecho a “existir, florecer y evolucionar naturalmente”. La Declaración de Derechos del Lago Erie fue aprobada el 29 de febrero de 2019.
Posiblemente Esther Williams, la figura de la natación sincronizada de los años 50, contribuyó a que el Mar Menor se convirtiera en la bandera del turismo de sol y playa menos cuidadoso del siglo pasado. La “sirena” vino a España, se baño en el Mar Menor, y dijo que aquello era “La mejor piscina del mundo”. Así que lejos de convertirse en un paraje salvaje y extraordinario a preservar con mimo, el Mar Menor ha sido el caldo de baño de millones de turistas poco preocupados por si en sus aguas hay peces, algas molestas o caballitos de mar (que había en abundancia).
Aunque lo cierto es que el mal que lo está matando no tiene del todo que ver con el mal turismo, sino con el poco control de fertilizantes utilizados para la agricultura que acaban rompiendo el equilibrio natural del Mar Menor. La eutrofización de las aguas es un proceso irreversible, es una contaminación química que se da cuando hay un aporte excesivo de nutrientes que proceden en este caso de la industria agraria.
El Mar menor tiene 180 kilómetros cuadrados de superficie, y es la laguna salada «permanente» más grande de Europa. Se formó hace 2 millones de años, cuando los Homo sapiens no eran ni un proyecto evolutivo. Y hace diez millones de años era una bahía abierta al Mediterráneo.
En 2016, un crecimiento masivo de algas causado por la descarga de nutrientes, procedentes principalmente de abonos de la agricultura, hizo que el agua se quedara sin oxígeno, y mató al 85% de los pastos marinos . Miles de peces se asfixiaron a causa de la degradación provocada por el exceso de algas y los cambios en la salinidad. Desde entonces, el Mar Menor agoniza.
Teresa Vicente Giménez, de 58 años, profesora de Filosofía del Derecho en la Universidad de Murcia, encabeza la propuesta de otorgar derechos legales al Mar Menor reconociéndole como una «persona» jurídica.
Cualquier ciudadano o persona jurídica podría entablar una demanda en nombre del Mar Menor
De aprobarse la propuesta, la laguna estaría representada por tres grupos: tutores legales, un comité de seguimiento de “protectores” y un consejo científico asesor. Además, cualquier ciudadano o persona jurídica podría entablar una demanda en nombre del Mar Menor.
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