Este curioso fenómeno se produce en regiones muy frías, en la Antártida y en el Ártico, cuando la temperatura ambiente es muy baja. Allí pueden verse extensos campos de “flores” – que en realidad son cristales- que se extienden sobre las placas de hielo como si de jardines congelados se tratase.
Texto de @MarGomez. Doctora en Físicas. Responsable del área de meteorología de @eltiempoes
Se ha estimado que las flores de hielo se producen a una temperatura ambiente de -22ºC y para su formación es necesaria la existencia de placas de hielo. Estas se crean cuando el agua superficial del mar se congela, lo hace expulsando la sal marina, lo que crea un exceso de sal en el agua de mar circundante o en la propia base porosa de hielo. A este exceso, se le conoce como salmuera.
Si en el hielo se producen fisuras, el vapor de agua escapa por ellas y se congela directamente al entrar en contacto con el aire, un proceso al que llamamos deposición o sublimación inversa. Pero para congelarse necesita una “semilla” y usa la sal presente en el hielo poroso para comenzar el proceso de cristalización y crear esa especie de flores sobre el hielo.
Estas son tres veces más salinas que el aire circundante y, además, albergan muchas respuestas a incógnitas ya que almacenan microorganismos y bacterias de esas vastas zonas que podrían ayudar a comprender incluso el origen de la vida.